Alumnos, entre la civilización y la barbarie

Política y Economía 10/03/2017 . Hora: 12:45
Por Pablo Bolino * Como ya se ha vuelto un clásico del verano, una vez más, paro docente en puerta. Lamentablemente, este folclore ya se transformó en algo naturalizado. La educación en los últimos 30 años ha sido literalmente una estafa. Principalmente para los alumnos de colegios públicos, donde se ha convertido en un depósito de niños y adolescentes en lugar de un espacio lúdico donde pueda desarrollar habilidades y herramientas que le permita enfrentar las vicisitudes de la vida.  Demostración de esto, se da que la matricula en colegios privados ha venido creciendo en detrimento de los colegios públicos, excepto en Capital Federal. Quienes terminan el colegio desde hace algunos años ya no no comprenden textos y muchos apenas pueden escribir correctamente, aun ayudado con correctores de ortografía que brinda la tecnología. Se llegó hasta el colmo donde algunas universidades nacionales ofrecen dentro de sus cursos nivela torios, uno referido a Comprensión de Textos. Nos encontramos frente a la dicotomía donde la educación superior debe completar la educación faltante de educación inicial, primaria y secundaria, lo cual amerita otro debate. El rol del docente, en mi época que no hace tanto, significaba más que enseñar reglas matemáticas básicas, leer y escribir, sino cumplir con una función socializadora primordial que permita a los futuros ciudadanos, no solo conocer sus derechos y obligaciones sino también a convivir en sociedad.  Aún recuerdo cuando ingresaba al salón de clase un docente o directivo del colegio nos levantábamos de los bancos nos parábamos y no volaba ni una sola tiza, en pos de respeto y educación hacia una autoridad quien también ejercía su correcto desempeño en el cargo. No podemos dejar de citar a Domingo Sarmiento, uno de los grandes hombres de esta tierra, parte de la ¨Generación del ´80¨, quien entendió el rol fundamental de los docentes y su efecto socializador y unificador que soñaba una sociedad y una nación a la par de los principales países del mundo de aquella época. Durante su presidencia logró que la población escolar se elevara de treinta mil a cien mil alumnos, y creó numerosas escuelas primarias, la Academia de Ciencias, la Escuela Normal de Paraná (contrató maestros extranjeros), la Universidad Nacional de San Juan, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, la Biblioteca Nacional de Maestros y el Observatorio Astronómico de Córdoba. El punto de partida por la discusión salarial, parece más una actitud de barrabrava que de personas civilizadas entre medio de negociaciones donde siempre se llega a un encuentro intermedio cediendo para poder consensuar, propia de una sociedad civilizada y democrática. Desde el gobierno provincial la oferta consta de una suba salarial del 18% en cuatro cuotas de 4,5% atada a la cláusula ¨gatillo¨ la cual permita acompañar, en caso que suceda, el incremento de la inflación másallá de la oferta inicial. Siempre mas es mejor, pero en este caso la postura gremial huele más un cierre de interna peronista que la discusión de fondo sobre la educación en la provincia de Buenos Aires. Lo llamativo es que, en esta discusión, el reclamo solo se limita a una cuestión salarial. Si el gobierno provincial ofrece un 40% de incremento salarial, ¿se acabaron los problemas de educación en la provincia? Yo creo que no. Lo lamentable de esta discusión es que no se pone blanco sobre negro cuestiones de calidad educativa y de infraestructura. Los magros resultados obtenidos en pruebas internacionales (PISA) nos confirman el fracaso en política educativa y son noticia frecuente los establecimientos escolares con problemas de goteras, luz y calefacción. Creo que la batalla que no se da es aquella que se pierde, por eso el gobierno provincial debe mantener su postura y poder generar el cambio cultural necesario en nuestros docentes bonaerense y no en meros trabajadores de la educación. * Licenciado en Economía UNLP – Magister en Finanzas UCEMA – Docente UNLP & UCALP