Por Carlos Lazzarini* @calilazzarini
La comunicación política no es, ni más ni menos, que la forma en la que la política se muestra, se expresa, se manifiesta, se presenta. Cuando cuestionamos la comunicación en verdad no advertimos, o no queremos hacerlo, que estamos frente a un problema político. Hay evidencias que describen cada época política. En tiempos de campaña estas evidencias resultan, por grotescas, muy reveladoras. Ya no de qué clase de campaña es. Sino de qué clase de político se trata.
Esto está pasando AHORA (Aunque usted no lo crea). Escenas cotidianas registradas en las campañas urbanas. Pleno territorio bonaerense.
Aferrados al Siglo XX
"Ganemos la calle". Tener la mayor cantidad de paredones pintados con los nombres de los candidatos y las siglas partidarias. Gran pegatina de afiches, colocación de pasacalles, y banners que inundan la vía pública. Cuando la presencia supera a la de los adversarios se produce la mágica sensación de estar ganando la elección.
"Necesitamos el material". Frase repetida por jefes de campaña y por la militancia. El jefe de campaña piensa que así no sólo tiene ordenada a la "tropa" sino que además la campaña gana en intensidad. La militancia descansa en la demanda de material para advertir que está deseosa de cumplir con su rol. Que si no lo hace es porque no le acercan el material. Y cuando lo tiene trata de sacárselo de encima lo más rápido posible y como sea. Aclaración: por material se entiende volante, revista, panfleto, lo que sea.
"Tenemos los votos". La colaboración de determinados "punteros" barriales generan la sensación de tener asegurados determinada cantidad de votos en cada zona de la ciudad. "Ahí estamos bien porque lo tenemos a fulano". "Allá también porque lo tenemos a mengano". "Sabes la cantidad de votos que tiene José". "Tenemos que dar vuelta a Pedrito para asegurarnos los votos de esa zona". Estimados. Por si hace falta repetirlo: los votos no son de nadie.
"La gente quiere...". Frase habitual y repetida por jefes de campaña y colaboradores que se atribuyen el sentir de la calle. El pensamiento social. Para ellos no hace falta ningún tipo de estudio, diagnóstico o estrategia. Ya tienen todo en su cabeza. Acá no hay nada para inventar". "Eso puede ser así en otro lado, acá funciona así". Negación. No hay estudio cuali o cuantitativo que valga la pena. Big Data sería directamente una mala palabra.
"A la gente hay que hablarle así...". Expertos en qué palabras usar y cómo poner cada mensaje en las distintas piezas de campaña. De la gente quiere tal cosa y la gente piensa tal otra, a la gente hay que hablarle así. En general. Olvídense de la segmentación. Ni hablar de Big Data.
"Ganemos los medios". La sensación de estar ganando se fortalece cuando logran imponer sus mensajes, muchas veces consignas vacías sin sustento, en los medios. radios, pantallas, tv, revistas, portales, diarios. Bajo la creencia de que la información se controla o se puede llegar a dominar, la lista se les hace cada vez más interminable.
"Seamos TT". Con la misma lógica de ganar la calle, por abrumadora mayoría, con la prepotencia de la cantidad, la saturación y la repetición, se trabaja ahora en el nuevo territorio. En el universo digital. Casi como una maldición, no suficiente con el despliegue y esfuerzo que significa ocupar el espacio físico, se tiene que trabajar en este nuevo escenario. Conseguir batallones para que, los monólogos y consignas se trasladen de los paredones y panfletos a las redes sociales. El objetivo: convertir nuestra consigna en TT.
"¿Y el fotógrafo?". En tiempos de móviles, las conversaciones sociales, el valor de lo genuino y lo espontáneo, hay candidatos que no se consagran si no tienen su sesión de fotos para el afiche o el póster principal. Un reflejo más de la política egocéntrica. "Y otra foto más con la lista completa por favor". Gracias.
"La lapicera no se comparte". La definición de la lista en manos de dos o tres encerrados entre cuatro paredes y con criterios muy singulares para la confección de la lista completa de candidatos. "Somos un equipo", donde las decisiones son de algunos.
En la puerta del Siglo XXI
Aunque por ahora se parece mucho más a una simulación, repetición y moda que a un verdadero convencimiento de estar frente a un verdadero cambio ya no comunicacional sino político, irrumpen algunas cuestiones interesantes.
"Saquemos fotos con vecinos". Hay una tendencia a querer mostrarse con la gente. Como uno más. En todos los posteos tiene decir que se escucha. Que miramos a los ojos. Que nos ponemos a la par.
"Estamos cerca". Basta de escenarios. De actos masivos. Vamos de a pie. En igualdad. A la misma altura. Con el acento en la palabra o la mirada del otro. Aunque se le dé la palabra al vecino para que hable del candidato. "Gracias por haber venido".
"Tengamos activistas". De a poco se empieza a entender la importancia de contar con activistas de una causa común y no un ejército de militantes que espera el material de campaña como para salir a imponer las consignas.
"Hagamos una escucha inteligente". Incipiente intento por empezar a ver qué pasa en las redes. A escuchar de verdad. A ver por dónde pasa la conversación social.
"Segmentemos los mensajes". De a poco tratar de acomodar los mensajes a los distintos intereses. A las diferentes demandas. A las diferentes realidades.
"Seamos convergentes". Naturalizar la convergencia mediática. Que no se rata de reemplazar los medios tradicionales sino de agregar. pero fundamentalmente que, sea en el contacto personal o a través de las redes, ya no se trata de imponer nuestro monólogo.
"Tengamos un buen diagnóstico". Del "la gente piensa" y el "yo creo" a la escucha inteligente, los estudios cuali y cuantitativos. Monitoreo de redes.
"Usemos Big Data". Muy de a poco. Lentamente y en la medida de las posibilidades existentes, crece el interés por tener la mayor cantidad de datos del universo de personas con el que queremos establecer una verdadera comunicación.
"Seamos plurales, abiertos". Hartazgo sobre la toma de decisiones de dos o tres iluminados que se equivocan mucho más que un grupo que trabaja en forma colaborativa, abierta, permeable a la pluralidad de opiniones.
"Apelemos a lo colaborativo". Rendidos ante la evidencia que la potencia que suelen tener las campañas ciudadanas, los memes, las piezas que surgen de la propia multiplicidad de expresiones en redes sociales, la política toma nota y trata de usarlas a su favor.
"Seamos genuinos". Se sabe que el único valor diferencia es ser genuinos. No solo porque la política está vigilada, y entonces hay que ser cada vez más auténtico para no quedar expuesto sino porque es en definitiva lo que se valora de un político. Su coherencia y genuinidad demostrada en el tiempo.
*Es periodista. Especialista en Ciencia Política y Opinión Pública. Autor de "la Conversación Política, dirigentes, medios y audiencias".





