
Son estudiantes de la escuela técnica Fernando Fader, que estuvo 18 días sin clase para protestar contra el plan "Secundaria del futuro".
"Una vez al año, en general, el centro de estudiantes organiza una jornada de limpieza de la escuela. Apenas empezó la toma organizamos una y, como éramos nosotros quienes decidíamos qué hacer, nos propusimos llevarlo más allá y hacer arreglos en la escuela", contó Catalina Distéfano, una de las voceras del centro de estudiantes.
La escuela permaneció tomada entre el 8 y el 26 de septiembre en repudio de la reforma educativa que busca imponer el Ministerio de Educación porteño.
De la refacción participaron alumnos, docentes y algunos padres. La mejora quedó plasmada en el acta que firmaron las autoridades del colegio una vez que se levantó la toma: allí consta que recibieron el edificio en mejores condiciones que las previas a la medida de fuerza.
Los materiales -bolsas de arena y de cemento, pintura y enduido- fueron donados por padres, madres y docentes de la escuela. "Para lo que faltaba, usamos plata del centro de estudiantes", sostiene la vocera.
Los alumnos pintaron todos los pizarrones de las nueve aulas a las que tenían acceso durante las más de dos semanas de toma. También pintaron las paredes y los techos de otras siete aulas, cambiaron vidrios rotos y revocaron donde hizo falta.
Ante la duda de cómo proceder, una especie de manual de instrucciones que un docente del taller de Carpintería anotó en el pizarrón del aula 1 les sirvió de guía: "Leer atentamente: lo que es una pared rota, lleva cemento!! Si la pared está bien, sólo está mal la pintura, lleva enduido. No se pone enduido en pared rota. Por favor: preguntar antes de hacer cualquier cosa", decía.