La zona bancaria del barrio La Loma volvió a ser el escenario de un asalto planificado, casi quirúrgico: los delincuentes sabían bien a quién tenían que seguir y en qué momento ir a arrebatarle la plata que acababa de retirar. Al menos, esa es una de las hipótesis más fuertes que se tienen.
A las 13 de ayer, un hombre terminaba de hacer una transacción en la sucursal de un banco Santander Río situado en 44 entre 26 y 27, explicaron fuentes policiales.
El cliente pudo completar el trámite, retirar por ventanilla un monto de dinero importante, de acuerdo a lo poco que dejaron trascender los voceros allegados a la investigación, que hablaron de un botín cercano a los 200 mil pesos.
La víctima guardó todos los fajos en un maletín, que llevó todo el tiempo en mano. De ahí salió sin inconvenientes y se fue caminando hasta donde había dejado estacionado su auto.
Lo llamativo fue que no lo tenía cerca, sino a 750 metros, en el cruce de 43, 20 y diagonal 73. Esas cuadras las caminó sin problemas y en soledad, reconstruyeron los informantes del caso.
Por esta salidera se abrió una causa en la comisaría Cuarta, en la que se busca identificar quién fue el entregador -en caso de que haya habido uno- y qué otra información previa tenían los motochorros.
Si bien no se confirmó, la principal sospecha es que no hubo nada librado al azar en los movimientos de los delincuentes, con lo cual los responsables habrían sido más que los dos que cometieron el asalto.
