
Jorge Célico es admirador de Bielsa y Menotti, su corazón es "Albiceleste" pero quiere que su "Tri" le gane mañana a los de Jorge Sampaoli aunque en juego esté el pasaje al Mundial.
Desde el 12 de septiembre pasado, este fanático de Huracán dirige a la Selección de Ecuador que mañana, como el pasado jueves con el Perú de Ricardo Gareca, será juez de la clasificación o no de la Argentina al Mundial de Rusia 2018.
Antes de estratega Célico, nacido en Buenos Aires hace 53 años, fue jugador, aunque no pudo destacarse en su carrera como tal. Su club fue Huracán, donde hizo todas las divisiones inferiores, sin suerte para llegar a Primera. Ante la falta de oportunidades emprendió un raid por el ascenso que tuvo etapas en Arsenal de Sarandí y Boca Unidos de Corrientes, que tampoco encontró su momento de explosión.
Un llamado de la Universidad Católica de Ecuador hizo entonces que su carrera tomara otro rumbo, al menos otro horizonte. Tuvo grandes momentos en su carrera como entrenador en ese país, como por ejemplo el ascenso de la U a Primera, cuatro clasificaciones consecutivas a copas internacionales tanto con ese club como con Universitario. En julio de 2017 fue convocado por la Federación Ecuatoriana de Fútbol para hacerse cargo de las selecciones formativas y ahora de la Mayor tras la salida del también argentino Gustavo Quinteros.
Asegura que los nuevos jóvenes convocados para los cotejos ante Chile y Argentina tienen mucho potencial y solo les hace falta explotar en la Tricolor. "Sé de su gran corazón y veo el brillo en sus ojos por el hambre de gloria", dice a modo de motivación.
Se muestra como fiel seguidor de la metodología de César Luis Menotti o Marcelo Bielsa. Habla de estilos, del compromiso con sus dirigidos y conoce a la perfección cada centímetro cuadrado de Ecuador, donde lleva ya 14 años junto a su esposa y su hijo Diego, mientras que sus otros tres descendientes, Ornella, Sofía y César, viven en la Argentina. Considera que la altura "es un aliado" y para nada critica esa característica, aún siendo argentino.
Célico quiere ver a Ecuador como un grande de Sudamérica, lo admite y lo ratifica."A partir de mi gestión quiero mejorar lo que hay. Tengo un profundo agradecimiento al país que quiero devolver a través de mi trabajo. Quiero llevar adelante un proyecto ambicioso que es la construcción de un centro de entrenamiento nunca visto en Guayaquil. Eso nos va a permitir desarrollarnos, queremos que nuestros atletas sientan la pertenencia. Tengo una gran ilusión y si seguimos teniendo como hasta ahora el apoyo de la Federación, creo que vamos a conseguir cosas importantes".
Si en el camino está Argentina es sólo una circunstancia. Aún cuando el equipo que dirige pueda dejar sin Mundial a su mismísima tierra. "Ellos se sienten incómodos, molestos y les vamos a pelear. Ecuador no es menos que nadie. Ganarle a Argentina sería la mejor manera de cerrar el año".