Marcos Peña le puso paños fríos a las protestas de un grupo de gobernadores por la reforma tributaria, por el impacto que tendrán en las economías regionales los cambios tributarios que impulsa el Gobierno.
El funcionario dijo que esta situación "no refleja complicaciones para romper el clima de diálogo" y que hay un "excelente espíritu de diálogo y apoyo de consensos" con los jefes provinciales aunque admitió que hay "discusiones sectoriales sensibles". Además recordó que en una semana los recibirán en la Quinta de Olivos para dialogar sobre el proyecto, que todavía no fue enviado al Congreso. "Todas las economías regionales se ven beneficiadas", aseguró.
Peña explicó que las críticas de los gobernadores se acotan a "una partecita del proyecto", en referencia a "impuestos específicos" como al vino y a los productos tecnológicos que tendrán impacto en las economías provinciales. Además hizo un fuerte respaldo de la iniciativa. "Es una extraordinaria herramienta para lograr sistema tributario más justo, con énfasis en la creación de trabajo y en el avance hacia cargas impositivas más equitativas y progresivas", dijo el coordinador de ministros, en una conferencia de prensa junto al ministro de Hacienda Nicolás Dujovne.
"Vamos a generar instancias de diálogo, discutir los números sobre la mesa y escuchar los argumentos. No estamos imponiendo nada", aclaró en conferencia de prensa, tras la reunión de Gabinete ampliado acompañado por Dujovne, encargado de la iniciativa.
"Hay que ser muy prudentes, estas cosas no están resueltas, son discusiones en las que buscamos escuchar a todas las partes y llegar a puntos de acuerdo".
Una de las provincias más afectadas sería Tierra del Fuego, cuya gobernadora Rosana Bertone ya hizo su descargo en contra de la reforma, por la quita de impuestos para celulares, televisores y monitores, que actualmente tributan el 17%. Bertone cuestionó el proyecto y reclamó una audiencia "urgente" con el Presidente. "La aprobación de este proyecto significaría la disolución territorial de nuestra provincia", advirtió la jefa provincial fueguina.
Entre los gobernadores que no ocultan su malestar está el oficialista Alfredo Cornejo, de Mendoza, que se quejó por la alícuota a vinos y sidras, que estaban en cero y pasarán a 17%, medida que calificó de "inadmisible". Vía Twitter la vicegobernadora Laura Montero alertó que el impuesto hará caer el consumo de vino por el mayor precio y acusó que Dujovne "no entiende nada de las economías regionales".
Se suman el malestar del tucumano Juan Manzur, del sanjuanino Sergio Uñac y del salteño Juan Manuel Urtubey. En el primer caso por el aumento a los impuestos a las gaseosas y bebidas con azúcar (principal producto que se fabrica en la provincia), mientras que en los otros dos también por el impacto que los tributos tendrán en el vino.