Cristian Bogado (42) estacionó su Renault Sandero, patente JCM 572, en el garaje de su vivienda de 510 entre 11 y 12. Junto a él estaba su mujer, Laura Silvana Pupo, una docente de 44 años que da clases en el Normal nº 1; su padre, Hugo Bogado, un jubilado de 73, y sus dos hijas, Abril y la más pequeña, de cuatro años.
El hombre dejó el coche en el ingreso del garaje para entrarlo a continuación, cuando se desató un verdadero infierno. Un sujeto que era perseguido por dos delincuentes en esa misma cuadra huyó a bordo de su vehículo (un Fiat Uno o un Renault Clío, de acuerdo a los pesquisas) y los cacos, que vieron llegar a los Bogado, no dudaron en atacarlos a ellos. Entonces, corrieron hacia la Sandero y pretendieron abrir a la vez las puertas del lado derecho, que estaban trabadas.
En ese momento, uno de ellos "disparó contra la ventanilla derecha trasera, donde se encontraba la chica de doce años, le arrebató la billetera al padre y emprendió la huida junto con su cómplice", esgrimió la fiscal Betina Lacki, de la UFI nº 2, que maneja la causa.
Según se desprende del parte policial al que este diario tuvo acceso, Hugo, el abuelo de la menor, que estaba en el asiento del acompañante, descendió del rodado empuñando una botella para defenderse del ilícito, y alcanzó a golpear con ella a uno de los implicados que, pese a eso, logró escapar junto con su cómplice por calle 510 en dirección hacia 10.
También se supo que, antes de que la familia fuera atacada, Cristian "les pidió a los delincuentes que por favor dejaran bajar a las criaturas, pero igual uno de ellos disparó a través del vidrio", según explicó Ethel, la tía abuela de Abril.
Consumado el asalto, los damnificados no tardaron en descubrir que la pequeña había sido lastimada y, ante la tardanza de la ambulancia, la llevaron por sus propios medios al Hospital San Roque de Gonnet. Allí los facultativos establecieron que había recibido un tiro en la frente, con pérdida de masa encefálica, y que su estado era crítico.
Tras las primeras curaciones de rigor, se recomendó su traslado al Hospital de Niños Sor María Ludovica, donde permaneció internada con muerte cerebral, aunque ya nada podía hacerse por ella. Finalmente, perdió la vida a las 17 de ayer.
