Luis Lenzi negó haber cometido cualquier tipo de abuso con los alumnos de la entidad y calificó el hecho como algo "confuso, triste y tan feo". En tanto, la Orden de Predicadores emitió un comunicado en el que condenó las acciones del cura en la institución educativa de San Isidro.
Su nombre acaparó la luz pública de todos los medios del país después de que el colegio Cardenal Newman, uno de los más prestigiosos de la Argentina, decidiera despedirlo por "situaciones irregulares" que tuvo en la propia institución. Sin embargo, el cura Luis Lenzi negó cualquier tipo de acusación y afirmó que durante su período en la entidad "no pasó nada grave".
"No ha pasado nada grave y absolutamente nada con ningún chico de todo lo que se pueda pensar. Pero hay detalles prácticos de los que prefiero no hablar. No ha pasado nada grave para mí, pero espero que un poco se decante el momento", explicó el padre Lenzi.
Al margen de sus tareas en el Newman, Lenzi es uno de los tres frailes que integran la orden de los domínicos a cargo del colegio y de la iglesia de Santo Domingo en la provincia cuyana.
El escándalo explotó el lunes, cuando el propio Colegio Newman envió un comunicado a los padres de la institución en el que informaba sobre la decisión tomada.
"Luego de haber tomado conocimiento de situaciones irregulares que tuvieron lugar en espacios abiertos y que fueron advertidas por personal del colegio, se ha decidido su apartamiento", se puede leer en el correo enviado desde el colegio y firmado por el director, Alberto Olivero.
Según pudo saber, la denuncia contra el cura fue hecha por una empleada de limpieza del colegio, quien afirmó –en al menos dos oportunidades– ver a Lenzi despedirse de alumnos con una palmada en la cola.
