No debe ser fácil estar en los zapatos de Carolina Ardohain (39). Imaginamos que plata no le faltará, tampoco pretendientes ni mucho menos el amor de sus hijos. Pero verse cotidianamente envuelta en situaciones tensas o caracterizadas por las fricciones verbales, creemos, ya le habrá generado cierta saturación. En las pasadas semanas fue noticia casi todos los días. Directa o indirectamente, su nombre apareció en los medios por distintas cuestiones que la tuvieron como protagonista central o actriz de reparto. Al denominado "muquigate", un culebrón de capítulos interminables que busca desentrañar los secretos del apodo que le pusieron cuando empezó en el modelaje, hubo que sumarle el pedido de casamiento, tan romántico y particular, que le realizó Benjamín Vicuña a María Eugenia Suárez.
El chileno, se sabe, es el padre de los tres varoncitos que tiene Pampita, y la China es su enemiga pública número 1. O, para ser más precisos: la que ella tilda como la tercera en discordia, es decir la gran responsable de deshacer su matrimonio con el galán trasandino. Dos escenarios que estresarían a cualquiera, pues más allá de su presente profesional y de lo bien que le va en sus dos principales actividades, tampoco es que tiene una piedra en lugar de un corazón. Su participación como jurado del Bailando por un sueño y la conducción en su programa Pampita On Line le permiten mantener vigente su popularidad y no depender de los ingresos que históricamente ha conseguido en el mundo de las pasarelas.
¿Qué le regaló Pico? Un perrito. Una mascota que desde ese mismo momento pasó a formar parte de la familia, con la cual podrán jugar y compartir los más pequeños del hogar, Bautista (9), Beltrán (5) y Benicio(3).Un cachorrito que desde su inocencia aportará alegría y seguramente empatizará con todo el mundo. Algo indispensable para construir una convivencia sana y armoniosa, en medio de un presente que Pampita disfruta por sus beneficios laborales, pero que sufre por su pasado.
