Según indica el último relevamiento efectuado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), la ciudad de La Plata, con el 10,2% de su población activa, es la cuarta región con mayor desocupación del país. Esto representa un 3,3% más que hace un año atrás, a lo que se le agrega un 12,1% de subocupación, convirtiendo a la región en el conglomerado de más de 500.000 habitantes en el que más se agudizó esta problemática en todo el país.
Analizando más de cerca estos datos, hay una situación que se ha agravado en el Gran La Plata y alrededores, que es la de la falta de trabajo entre la población femenina. El estudio del organismo público determinó que la ciudad es la de mayor desempleo femenino de la Argentina, alcanzando al 14,1% de las mujeres, ubicándose por delante de Mar del Plata, que asciende al 13,9%, y de Rosario, con el 10,9%.
La desigual proporción es más visible si se tiene en cuenta que entre los hombres dicha cifra llega al 7,4% y que el desempleo entre las damas trepa a casi el doble, habiendo una diferencia de nada menos que el 90,5%. Además, la desocupación entre las mujeres de 18 a 29 años llega al 31,4%, mientras que en los varones es del 15,6%, poco menos de la mitad.
De acuerdo a los expertos, algunas de las causas que llevan a este estado de situación en la capital bonaerense son la vulnerabilidad económica, la falta de políticas de Estado por parte del Municipio que conduce Julio Garro y la fuerte tradición machista que aún impera en una sociedad predominantemente patriarcal.
A esto se le suma que el 68% de la población con menores recursos de la ciudad se trata de mujeres, a la vez que el 46,2% de las platenses son jefas de hogar y mantienen a sus familias, con lo cual el no tener empleo las complica de sobremanera. Como si esto fuera poco, el 7,3% de las mujeres de entre 30 y 64 años se encuentran desocupadas, cuando esa cifra en los hombres es del 4%.
SIN VISIBILIDAD
A pesar de que la lucha de la mujer por sus derechos es cada vez más masiva, y de que las demandas feministas cobran cada día mayor consenso social, la desigualdad de género se profundiza en materia económica y laboral. ¿A qué se debe que las mujeres sean las más pobres entre los pobres?, ¿por qué hay mayor desempleo femenino?, ¿por qué tienen los trabajos más precarios?, ¿por qué siguen siendo quienes realizan la mayor parte del trabajo doméstico? Especialistas consultados por diario Hoy intentan dar respuesta a esta serie de preguntas.
Melina Deledicque, integrante de la Cátedra Libre Itinerante Virginia Bolten de la UNLP, dijo a este medio que "la información del Indec muestra señales preocupantes sobre las asimetrías entre los géneros: uno de cada cuatro jóvenes (en su mayoría mujeres) de 15 a 29 años no trabaja por sus obligaciones familiares. En relación al cuidado de niños y niñas, una de cada dos mujeres jóvenes realiza esta tarea mientras solo uno de cada cinco varones lo hacen. A su vez, las mujeres destinan 68 horas semanales al cuidado del hogar, mientras que los varones solo 30 horas".
En ese sentido, para Deledicque "cuando analizamos estos datos, emergen claramente las desigualdades de género. Por un lado, es necesario reconocer las tareas domésticas y de cuidado no remuneradas que permanecen invisibilizadas. La lucha de las mujeres y el feminismo han permitido visibilizar y cambiar muchas cosas, pero aún falta: el establecimiento del aborto libre, seguro y gratuito, la creación de un sistema público de cuidados y el establecimiento de normas que impidan la discriminación en empresas, sindicatos y en el Estado".
Y resaltó: "Estas son algunas políticas que pueden allanar el camino a la igualdad real y sustantiva para seguir desarticulando las prácticas y reglas que privilegian a los varones por sobre las mujeres, y demás identidades feminizadas, avanzando en la destrucción del sistema patriarcal".
CLARAS DIFERENCIAS
La abogada María Laura Böhm, experta en temas femeninos, sostiene que "estos números de desocupación femenina en La Plata no sorprenden. Una, que camina los barrios de la ciudad, se da cuenta que la desocupación de las mujeres es mucho más alta. En realidad tiene que ver con la desigualdad social y, en particular, la desigualdad que sigue existiendo entre hombres y mujeres".
Para la magíster en Criminología, "La Plata es la capital de la Provincia de Buenos Aires, tiene una densidad poblacional grande, no solamente en el casco, sino también 5 kilómetros para el oeste o incluyendo Berisso y Ensenada. Allí te das cuenta que a las mujeres les cuesta más acceder a distintos tipos de trabajo". Además, agregó: "Cuando aparece una oferta laboral, se tiene más en cuenta a los hombres que a las mujeres. A los patrones les resulta más fácil, entre comillas, emplear a un varón que a una mujer, porque si se enferman los hijos se queda la madre, lo mismo si llaman de la escuela. Entonces cuando buscan algún empleado siempre prefieren varones".
NÚMEROS QUE PREOCUPAN EN LA REGIÓN
90,5% más afecta la falta de trabajo a las mujeres que a los hombres en la ciudad
68% de la población con menores ingresos está formada por mujeres
46,2% de las platenses son jefas de hogar
31,4% el desempleo femenino en La Plata en el rango de 18 a 29 años
27% menos de salario ganan las mujeres que los hombres en el país
14,1% la desocupación femenina en La Plata
12,1% de los habitantes de la ciudad está subocupado
7,4% de los hombres platenses no tiene trabajo
EL MERCADO LABORAL Y LA ENORME BRECHA SALARIAL
De acuerdo a datos oficiales, las mujeres ganan, en promedio, un 27% menos que los hombres por idénticas tareas realizadas. Las divergencias de una realidad que sigue creciendo en vez de descender
A lo largo de los últimos años, la sociedad argentina ha avanzado enormemente en la igualdad de derechos, fomentando así una sociedad más justa y equitativa. Pero hay un sector al que no parece haberle llegado esta ola igualitaria y es el laboral:?según datos divulgados por el Indec, en nuestro país las mujeres perciben un 27% menos de salario que los varones por la misma tarea realizada.
El informe publicado por el organismo estadístico establece que la Argentina tiene una población urbana de 24 millones de personas activas, de las cuales las mujeres representan el 52,1%, y los hombres, el 47,9% restante. Sin embargo, esta realidad se invierte a la hora de tomar el total de participación en el ingreso, ya que los varones intervienen en el 57,8% de la totalidad, mientras que el género femenino lo hace en el 42,2% restante.
En lo que refiere a ingresos mensuales, se puede advertir que la media salarial entre las mujeres trepa a $10.710, cifra que en los hombres llega a $14.690, marcando que a pesar de que las damas conforman la mayoría de la sociedad argentina, los varones se llevan la parte más sustancial de la torta salarial. Otro dato de la desigualdad existente es que del 10% de la gente con menos ingresos, la mayoría son mujeres (6,8% de la población, contra el 3,2% de los varones), relación que se invierte en el decil más alto: donde del 10% de la población con mayores ingresos, 6,3% son varones y 3,7% son mujeres.
VARIABLE CAPRICHOSA
La brecha salarial es un viejo tema. Desde diferentes movimientos feministas destacan como una de sus principales consignas "igual trabajo por igual salario", cosa que no sucede, ya que el informe evidencia que al mismo tipo de trabajo y por la realización de las mismas tareas siempre las mujeres terminan cobrando menos que los hombres.
En diálogo con diario Hoy, la socióloga María Pía López señaló que "la desigualdad en términos salariales es algo que crece cada vez más en la Argentina. Pero hay algo que todavía me parece más complejo y pesado hoy, y es que estamos en una situación donde gran parte del trabajo socialmente necesario es una labor no rentada, que es la que se hace en la casa, el cuidado de la familia, la reproducción doméstica".
Para una de las fundadoras del colectivo "Ni Una Menos", "los cálculos dicen que el 76% del trabajo doméstico lo hacen las mujeres, con lo cual no solo estamos en disparidad en el mercado laboral, sino que además tenemos una condena socialmente instalada de que por razones de género somos las que tenemos que encargarnos de cuidar a los niños, de cocinar, aunque tengamos otro trabajo aparte. Hay todavía mucho resabio de machismo, sobre todo porque se cree que para algunas tareas son mejores los hombres, por lo cual les es más fácil acceder a ciertos trabajos".
"A su vez, hay otro interés que es dramático, que es un tipo de construcción económica tan centrado en los derechos de los más ricos, en la acumulación de capital y en el proceso de fuga de dinero de las empresas más grandes, que a todos los trabajadores, y sobre todo a las economías populares, nos daña mucho, y es en esos sectores perjudicados donde más presencia tienen las mujeres", destacó López.
ESTADO AUSENTE Y SIN POLÍTICAS ACTIVAS
La tasa de desempleo de mujeres es más alta que la de los varones y eso tiene que ver con que ellas están en una situación de mayor vulnerabilidad en todos los indicadores económicos. Si se habla de la tasa de actividad, 7 de cada 10 varones participan del mercado laboral y menos de 5 de cada 10 mujeres lo hacen.
Esto lleva a que las mujeres no solo ingresen menos al mercado laboral, sino que aquellas que entran tengan más posibilidades de estar desocupadas que los hombres. Esto lleva a una desmotivación siempre más elevada, ya que estando desocupadas buscan constantemente trabajo.
Candelaria Botto, economista de la UBA y parte de "Economía Femini(s)ta", le dijo a este medio que "esto habla de una segregación horizontal, de trabajos que son históricamente femeninos o masculinos. Los empleos como el doméstico, que en la Argentina son ocupados en un 97% por mujeres, son los peor pagados de la economía y tienen condiciones de trabajo más precarias que el resto".
En ese sentido, la dirigente resaltó que "existe un Estado ausente y que no lleva adelante políticas activas para paliar esta situación. Se pueden pensar en sistemas de cuidados, en el sentido de obligar a las empresas a que tengan jardines maternos y que los calculen no solo por las empleadas mujeres que tengan contratadas, sino por la totalidad de la planta".
Para la economista, "es central que el Estado se ponga al mando de esta situación. Son importantes las campañas sobre la redistribución del trabajo doméstico, que existan los horarios flexibles, que se respeten los horarios de lactancia y que el hecho de que una mujer sea madre no la expulse del mercado laboral, sino que pueda volver al mismo y no tenga que pasar varios años en mercados informales y precarios".
UN LARGO CAMINO HACIA LA IGUALDAD
En siglos pasados, el papel de la mujer en la sociedad era limitado solamente al ámbito familiar y al cuidado del hogar. El paso de los años ha llevado a que su lugar haya cambiado drásticamente, pasando del trabajo doméstico a ocupar un espacio central en el desarrollo social.
Los expertos consultados por diario Hoy afirman que la feminización de la pobreza es un hecho innegable e indiscutible. Esta desigualdad estructural, que está íntimamente ligada al Estado machista y patriarcal, lleva a que sean las mujeres quienes ocupen los peores puestos en los lugares de trabajo y realicen las mismas tareas que los hombres, a cambio de un salario mucho menor.
Estudios oficiales indican que dentro de la precarización laboral que sufren las mujeres, tres de cada cuatro contratos laborales a tiempo parcial están en posesión de ellas, marcando a las claras las diferencias existentes en un mercado laboral ya de por sí injusto, pero que en caso de ser mujer se acrecienta.
Según el Instituto Peterson, con sede en la ciudad de Washington, nuestro país se encuentra en el noveno puesto entre las diez naciones con menor balance de género en el trabajo y uno de los más complicados por parte de las mujeres para acceder al mercado de trabajo con un puesto laboral de calidad.
Esto se suma a que según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en la Argentina el porcentaje de mujeres sobre el total de directores de empresas es del 31%, lo que ubica al país en el puesto número 56 en un ranking de 108 países relevados. Todo esto no hace más que mostrar el largo camino hacia la igualdad que aún queda por recorrer en la Argentina.
FUENTE: Diario HOY