Tanto el romance entre Jimena Barón (30) y Juan Martín del Potro (29) –que ya lleva siete meses– como la labor del tenista en los principales circuitos, avanzan a pasos firmes y a la misma velocidad. Van de la mano y, tanto en lo personal como en lo deportivo, escalan en el ranking. A tal punto, que su hijo Morrison y Delpo se llevan muy bien y en más de una oportunidad se los vio disfrutar juntos. El gran presente tiene que ver con el amor que se tienen, con los proyectos juntos, ya como familia, y con el acompañamiento de la actriz y cantante al tenista, a sol y a sombra y a donde le toque jugar, sin sacar cuentas de las distancias. En esta complicidad, Juan Martín tiene una cábala –que en general le viene dando resultados–y que involucra a Jime.
Cada vez que él tiene partido, ella desayuna palta con galletas de arroz. Si por esas casualidades no están juntos, ella le manda una foto de la palta para tranquilizarlo. De paso, la imagen del desayuno va acompañada de una postal sexy y ratonera. Orgullosa del lomazo del que todos hablan, las imágenes sensuales no dejan de multiplicarse. Sin embargo, más allá de la felicidad que la invade y la hace florecer, Barón sigue mirando para atrás y recordando su pasado.
Su ex, Daniel Osvaldo, a quien en más de una oportunidad acusó de no dejarla crecer, de criticarla por mostrase sexy, hablar de sexo y de estar ciega a su lado, entre otras cosas, se vuelve a hacer presente de manera indirecta. "Soy una mujer independiente que canta. Pareciera que la combinación de mujer e independencia es costosísima. Es lamentable que en 2017 ser libre sea sinónimo de valentía… ser libre debería ser norma. Deseo que todos disfruten de su cuerpo, de su sexualidad y de su vida como quieran"
