Semanas raras se viven en el municipio platenses, donde algunas renuncias son llamativamente pedidas por el intendente y otras se generan -sin dudar- y en menos de cinco minutos.
El gabinete está cambiando y no hay dudas que se busca al equipo ganador de cara al 2019, por eso las fichas empezaron a moverse y hay integrantes que antes eran rivales y ahora se muestran juntos.
Hasta ahí todo bien, normal y lógico. Lo que no está todo bien, no es normal y lógico, son las formas de Oscar "el Lobo" Negrelli, un hombre puesto por Juan Pablo "Figuretti" Allan y aprovechado por el intendente Julio Garro para "ordenar" el gabinete. El problema es que el hombre de Allan no ordenó sino que desordenó y generó un clima tan tenso que las reacciones de algunos funcionarios podrían dejarnos boquiabiertos. Muchos Secretarios están pensando dar un portazo y volver a su ámbito privado donde se sienten más valorados. Lo llamativo es que algunos son de muy alto y eran intocables e "irrenunciables", por eso su renuncia podría ser un escándalo.
No hay dudas que el rol del "Lobo" Negrelli fue asustar e ir al choque pero aparentemente la idea de Julio Garro, no era ésta que terminó ocurriendo, donde el maltrato y la falta de respeto se convirtió en una rutina insostenible para cualquier persona normal. Es más, el apodo de "el Lobo" se lo pusieron en el gabinete y cada vez que hablan de él se refieren de esa manera. El sobrenombre viene de la frase "lobo con piel de cordero", porque ven la falsedad constante del profesor de geografía que sorprende con los comentarios despectivos todo el tiempo de personas con las que después se las cruza, las falsea y además le tiene que dar órdenes pedidas supuestamente por el intendente.
El que está leyendo esta nota y no es del mundillo político dice seguramente: "qué me importa todo esto". Yo le diría le debería importar porque por primera vez "el puterío" está afectando a la gestión y muchos pusieron la máquina a la mitad. Los más cansados están pensando una salida prolija, donde pesa mucho la familia y un norte seguro en lo privado. La política desgasta y cuando eso ocurre, hasta el más político elige por un tiempo alejarse de lleno.
Pero no todo es malo para el municipio y hay actitudes que enorgullecen por su acto y valentía. El Intendente y un Secretario tuvieron que tomar la misma dolorosa decisión: echar a un amigo acusado de cobrar dádivas. Sin dar nombres, te cuento cómo fue cada caso.
El primero tuvo que ver con un mensaje que le llega al número uno diciendo: "ya te dejé la tuya". A lo que éste responde: "¿cómo?". Acto seguido el amigo -no funcionario sino víctima del amigo subsecretario- le responde: "sí xxx me dijo que eso era lo que pedías vos para hacer esto y esto". Finalmente el máximo mandatario local le comunica que no era así y que por eso ya estaba pidiendo la cabeza de ese funcionario que además era un gran amigo.
Por otro lado un secretario que se encuentra en un área complicada, venía recibiendo denuncias sin pruebas de un subsecretario amigo de él de toda la vida. Hasta que un día aparecen las pruebas y -reunión de por medio- el Secretario se las muestra al Subsecretario. Es ahí donde le comunica que esas pruebas era suficientes para que presente inmediatamente su renuncia.
Sin dudas el cambio a la ciudad llegó con estas dos anécdotas reales y recientes. El intendente tiene los pantalones bien puestos y los platenses somos su prioridad. Pero si no empieza a poner un freno al maltrato de su nuevo coordinador -que esta semana estuvo ausente- Oscar "el Lobo" Negrelli, puede perder personas muy valiosas y amigos que no se recuperan. Así como te conté lo bueno te cuento que el intendente -para muchos- está desconocido con su entorno -interno y externo- por la distancia que puso, donde llama la atención el peso de las palabras de Negrelli en esta actitud. Por otro lado esta muy sólido y cercano al vecino, por las decisiones anteriormente relatadas y por sus constantes reuniones cara a cara con grupos de frentistas que lo esperan con reclamos para mejorar las distintas localidades.
En mi humilde opinión si mejora el mal clima del gabinete -que por primera vez afecta al ritmo de gestión-, si sigue reuniéndose con los vecinos y si mejora algunos vínculos externos necesarios, el Alcalde no tendrá contrincante en una interna 2019. De lo contrario podría vérsele complicada o peleada la interna para quedarse con una intendencia, que al día de hoy sin dudas las gana Cambiemos con o sin Garro. Que no haya interna y en caso de que sí, ganarlas tranquilo, depende pura y exclusivamente de Julio Garro y sus acciones. Tiempo tiene pero no para relajar y mover todas las fichas con mucho cuidado.
Recuperar la confianza de los que confiaron en él y no le fallaron será lo único que necesita este intendente que vino a patear al tablero de la ciudad.
