Una adolescente de 16 años recibió la mayor pena que un menos puede recibir en el Reino Unido: cadena perpetua por el asesinato de Katie Rough, de 6 años.
Un tribunal de Leeds dictó la sentencia que por homicidio imprudente y estableció que la condenada deberá permanecer bajo arresto un mínimo de cinco años, aunque tendrá que estar bajo vigilancia toda su vida.
El juez del caso sostuvo que fue un proceso "verdaderamente excepcional" y añadió: "Llegué a la conclusión de que es necesario imponer una sentencia de detención de por vida".
La adolescente, que en el momento del homicidio tenía 15 años, admitió el crimen durante el juicio. Ocurrió en 2015, cuando Katie se encontraba jugando en un parque de York, al lado de su casa, tras salir de la escuela.
De acuerdo con el relato de la acusada, se acercó a la niña y, convencida de que era un "robot", sacó un cúter y empezó a hacerle cortes por todo el cuerpo. Luego, la asfixió con sus propias manos y finalmente le produjo una herida mortal en el cuello.
Durante el juicio se reveló que la adolescente padecía trastorno esquizotípico en el momento del brutal ataque, y depresiones constantes en el pasado. Además, sufría paranoias que la hacían pensar que algunas personas no eran humanos y se autolesionaba.
Según la BBC, el psiquiatra Barry Chipchase declaró: "Todavía no comprendemos completamente sus razones para asesinar a Katie. Mi punto de vista es que ella debería ser considerada como un peligro y que podría causar daños graves a otras personas".
