Mario está –lamentablemente- acostumbrado; no es la primera vez que su local es blanco de asaltos. Perdió la cuenta de la cantidad de veces que delincuentes ingresaron a su kiosco, ubicado casi en la esquina de 13 y 45.
"Entraron a cara descubierta, no les interesa nada" contó Mario, resignado, en diálogo con COOL 103.7.
El hecho ocurrió ayer a las 21.15, minutos antes de finalizar la jornada. "De repente aparecieron dos personas, uno con un arma en la cintura y otro con un facón" dijo el dueño. Mario los describió como "muchachos grandes de 30 y pico de años", que entraron y lo obligaron a "hacer silencio y no avisar a nadie".
Tras reducirlo, fueron directo a la caja registradora y se hicieron de la recaudación del día. También le robaron su teléfono celular y las llaves de la camioneta. "Me tenían tirado en el piso y me pinchaban con la cuchilla" relató Mario, y agregó que "de yapa, antes de irse me pegaron una buena trompada en el lado izquierdo de la cara".
Mario agradece que no le hicieron nada, pero conoce el final de la historia: hoy o mañana mandarán efectivos para que patrullen la zona, y después se olvidarán. Y el barrio, en pleno centro de la Ciudad, quedará nuevamente a la buena de Dios.
