Esperaba que la atendieran en un almacén y la balearon en Tucumán

Policiales 19/01/2018 . Hora: 15:43
Esperaba que la atendieran en un almacén y la balearon en Tucumán

Constanza Soledad Pereyra, de 28 años, cuenta que caminó de la mano de su sobrina, de cuatro años, los escasos cien metros que separan su casa, en calle Gutenberg primera cuadra, hasta la despensa ubicada en el pasaje Tomás Edison al 100, en el barrio San Cayetano.

Debía comprar mercadería para prepararle la cena a los pequeños de la familia. En casa, la esperaba su hijo, de seis años. Eran las 21.30 del miércoles.

Debido a los constantes robos que ocurren en la zona, por la noche, los dueños del comercio atienden a los clientes a través de una ventana. La puerta principal permanece cerrada.

Por eso, la joven y su sobrina aguardaron su turno en la vereda. A su lado, un grupo de muchachos estaba reunido junto a una gruta del "Gauchito Gil".

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Imprevistamente, llegaron dos desconocidos a bordo de una motocicleta. El acompañante, comenzó a disparar hacia ellos. Uno de los tiros impactó en la pierna derecha de la muchacha.

Los atacantes se alejaron, pero regresaron al instante; y siguieron disparando. Luego, aceleraron a fondo y escaparon a toda velocidad, hacia el este.

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Ramón Teseira, de 38 años, abrió la puerta de su local para ayudar a la vecina herida. Llamó al 911 y pidió una ambulancia. Poco después, la muchacha fue llevada hacia el Centro de Salud.

"Todo pasó en un segundo. De la nada aparecieron dos chicos en una moto. Hicieron por los menos tres tiros. Creo que iban dirigidos a los muchachos que estaban reunidos junto a la gruta, pero me dieron a mí. Así es el barrio", se lamentó Constanza.

"Sentí como si me estuviera quemando. Entonces, me hicieron entrar a la despensa, recién ahí me di cuenta que me habían baleado", agregó la joven.

Constanza recibió el alta médica cerca de las 2. Antes, los médicos tuvieron que realizarle una pequeña intervención quirúrgica para extirparle el proyectil, que había quedado alojado a la altura del muslo.

"Ahora estoy más tranquila, pero fueron momentos muy difíciles que no voy a olvidar nunca", resumió la muchacha, mientras pasa cuidadosamente una mano sobre las vendas que cubren la herida.

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