En la investigación del asesinato de Fernando (20), que su novia Nahir (19) confesó haber cometido, toda la información que pueda ser extraída de los teléfonos de los jóvenes puede servir para conocer la relación que tenían –un dato que podría ser clave en una futura y eventual condena- y los pormenores de los días previos al crimen.
Fernando Ferrari, ingeniero de la Procuración General de Entre Ríos, fue el encargado de la primera pericia en la primera semana de enero y quien pudo ingresar al iPhone de Nahir Galarza. De allí se extrajeron más de 100 mil mensajes de WhatsApp que intercambiaron en el último año, 5 mil mensajes de texto, fotos, videos y un extenso registro telefónico que fue entregado a las partes en un CD.
Sin embargo, no sucedió lo mismo con el celular de la víctima, que servía para cotejar lo ya hallado y que podía también aportar nueva información del entorno del joven. El Motorola XT 680 de Fernando Pastorizzo, que estaba entre sus pertenencias cuando fue asesinado, no pudo ser desencriptado ya que ni sus amigos ni familiares pudieron precisar la clave personal del joven y en la provincia no cuentan con la tecnología para acceder de otro modo.
Por eso es que el fiscal de la causa, Sergio Rondoni Caffa, ordenó que ambos celulares sean remitidos a Gendarmería Nacional para que sus peritos realicen la apertura y análisis de los mismos en sus laboratorios del Edificio Centinela en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El teléfono de Nahir, si bien fue peritado, igualmente podría tener más información valiosa para la causa. Por ejemplo, la ubicación geográfica del teléfono en la madrugada del crimen y la confirmación de si esa información fue borrada intencionalmente o desapareció por algún daño en el aparato. En el caso de acceder al teléfono de Fernando, se podrá cotejar si hubo mensajes borrados en el celular de Nahir, si hay registro fílmico o fotográfico de las lesiones que Pastorizzo mencionaba a sus amigos o conversaciones con otras personas que aporten nuevos datos.
Sin embargo, no sucedió lo mismo con el celular de la víctima, que servía para cotejar lo ya hallado y que podía también aportar nueva información del entorno del joven. El Motorola XT 680 de Fernando Pastorizzo, que estaba entre sus pertenencias cuando fue asesinado, no pudo ser desencriptado ya que ni sus amigos ni familiares pudieron precisar la clave personal del joven y en la provincia no cuentan con la tecnología para acceder de otro modo.
Por eso es que el fiscal de la causa, Sergio Rondoni Caffa, ordenó que ambos celulares sean remitidos a Gendarmería Nacional para que sus peritos realicen la apertura y análisis de los mismos en sus laboratorios del Edificio Centinela en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El teléfono de Nahir, si bien fue peritado, igualmente podría tener más información valiosa para la causa. Por ejemplo, la ubicación geográfica del teléfono en la madrugada del crimen y la confirmación de si esa información fue borrada intencionalmente o desapareció por algún daño en el aparato. En el caso de acceder al teléfono de Fernando, se podrá cotejar si hubo mensajes borrados en el celular de Nahir, si hay registro fílmico o fotográfico de las lesiones que Pastorizzo mencionaba a sus amigos o conversaciones con otras personas que aporten nuevos datos.
