La aprobación en diciembre pasado de la reforma previsional puso otra vez en el centro de la escena los haberes que cobran los jubilados después de una vida de esfuerzos. El deterioro económico que ha venido sufriendo el poder adquisitivo de los adultos mayores en los últimos años es manifiesto y cada vez son menos las chances que tienen para defenderse ante los avatares de la economía.
Según un informe realizado en forma conjunta por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), el Centro de Estudios Políticos Para Personas Mayores (Ceppema) y la Asociación Latinoamericana de Gerontología Comunitaria (Algec), en los últimos dos años los más de 3,5 millones de jubilados que cobran el haber mínimo de 7.246 pesos perdieron el 6,8% de su poder adquisitivo.
El trabajo señala, como una de las particularidades centrales de esta disminución en la capacidad de compra, la reforma del sistema previsional y la consecuente modificación en el cálculo de haberes que esto conlleva, ya que ahora las jubilaciones se actualizarán en forma trimestral en base a un sistema combinado entre la variación de la inflación (en un 70%) y del aumento salarial promedio (un 30%).
Otro de los ejes que el informe muestra como clave a la hora de entender este fenómeno de retroceso en los abuelos se da por la inflación no contenida por parte del Gobierno nacional, que impacta de lleno en sus debilitados bolsillos. En ese sentido, se expone como claro ejemplo que el haber mínimo alcanza solo el 40% de lo que necesita ganar un jubilado, lo que de acuerdo a datos oficiales trepa a los 17.523 pesos mensuales.
A su vez, se señala como elemental a la hora de entender la pérdida en el poder adquisitivo la cuestión de los medicamentos, clave para la vida de las personas mayores, que desde noviembre de 2015 hasta ahora, según el informe, tuvieron un incremento de entre el 75% y el 173%, e incluso, en algunos casos muy particulares, llegaron a tener un incremento de hasta el 232%.
El documento, en otra de sus partes, lanza una fuerte crítica al Gobierno nacional, al entender que no se han tomado medidas tendientes a modificar este estado de situación, sino que las acciones dispuestas "han aumentado el deterioro de los jubilados". Para eso, entiende como clave el aumento de precios, y explica que "mientras el haber aumentó un 69% en el período de referencia, algunos valores de productos de consumo masivo evolucionaron muy por encima, llegando a haber aumentos, como en el caso del aceite, que superan el 200%".
Un dato clave que aportan los investigadores de las entidades en ese sentido es sobre la cantidad de productos que dejarán de consumir los jubilados con la nueva reforma previsional y los aumentos pautados por el Ejecutivo a partir del mes de marzo. El anciano que tiene jubilación por moratoria dejará de comprar casi 87 botellas de aceite, 106 kilos de manzanas, 55 kilos de carne y 92 kilos de tomates, a modo de ejemplo.
