Este viernes en Melbourne, el suizo se clasificó para su 30ª final de Grand Slam tras el abandono del surcoreano Chung Hyeon a causa de problemas en un pie.
Chung pidió un tiempo muerto médico cuando perdía por 6-1 y 4-1 y tiró la toalla dos juegos más tarde (5-2). Federer defenderá su corona en el partido por el título contra el croata Marin Cilic (6º). Si gana, logrará su 20º Grand Slam.
El suizo conquistó en cinco ocasiones el título en Australia y solo una vez se vio derrotado allí: en 2009 cedió la corona ante Rafael Nadal en un extenso partido a cinco sets. Ante sí tiene la posibilidad de alcanzar a Roy Emerson y Novak Djokovic, los máximos ganadores del Australia Open –ambos ostentan seis–.
"Creo que el primer set fue normal, a continuación creo que él estaba lastrado por las ampollas, sé que provocan mucho dolor", dijo Federer.
Enfrente tuvo a una de las grandes promesas del circuito y la gran sorpresa del certamen: el surcoreano Chung. El joven de 21 años que se ubica en el puesto 58 del ranking ATP venía de eliminar en sets corridos al propio Djokovic en cuartos de final.
Hasta la actual edición, el asiático no había avanzado más allá de la segunda ronda en Australia y soñaba con alcanzar la primera final de un torneo ATP en su carrera. Su historia dominó las portadas de los principales sitios del planeta por los problemas de visión que acarrea.
La final Federer-Cilic será el décimo enfrentamiento entre ambos. El suizo, por el momento, ha ganado nueve, el último en el Masters de Londres celebrado en noviembre y el precedente en la final de Wimbledon, en julio, donde el croata no ofreció su mejor versión, precisamente por una ampolla en el pie.
"Tiene potencia, si ha llegado tan lejos en el torneo es porque se siente bien y cree en él. Estoy muy impaciente", concluyó Federer sobre el actual número seis del ranking ATP.
