Alertada por los vecinos, la policía llegó a la casa de la calle Ayacucho al 1200, en San Pedro, para encontrarse con el cuerpo de Natalia Duarte tirado en el baño. Tenía tres tiros en la espalda. Su expareja, Walter Brizuela, estaba a pocos metros, con un disparo en la cabeza. La víctima esperaba que ordenaran la restricción perimetral.
La pareja se había separado hace tres semanas y la mujer, una enfermera de 43 años, había denunciado a Brizuela en reiteradas oportunidades por violencia de género. La última, había sido días atrás en la Comisaría de la Mujer. Se sentía amenazada, y tenía razón.
El femicida fue anoche a su casa a matarla. La esperó escondido y cuando ella se fue a bañar, aprovechó la oportunidad y le disparó a traición. No tuvo ninguna oportunidad de defenderse. "Yo lo ví cuando pasó en bicicleta, iba para su casa", dijo una vecina y agregó que se escucharon ruidos "como de chapas". Pero lo que había oído, eran tiros.
Si sufrís violencia de género o conocés a alguien que la padezca, podés comunicarte con la Línea 144
