Se fue un enero que de tranquilo y planchado –tal como es promocionado por algunos a nivel político- tuvo poco.
Esta semana comenzó con un anuncio que, a primera vista, pareció que se llevaría puesto un sistema de nepotismo histórico en la política del país: Mauricio Macri presentó un decreto que prohíbe la designación de familiares de ministros en el Estado.
Días después, la medida se hizo oficial y se puso un plazo: los afectados deberán dejar su cargo antes del 28 de febrero.
Y los primeros no tardaron en caer: la mujer, las tres hermanas y el cuñado del en estos días polémico ministro de Trabajo, Jorge Triaca; el yerno del ministro de Defensa, Oscar Aguad; el padre del ministro del Interior, Rogelio Frigerio; fueron algunos de los personajes que dieron un paso al costado.
Es sabido: los casos de parentesco se repiten a lo largo y a lo ancho del país, y en todos los niveles.
"Es justo", "están todos acomodados", "no hay concurso para esos cargos", "que sean familia no implica que no tengan aptitudes"; las opiniones se cruzan y se contraponen desde el día que se hizo el anuncio.
La controversia, como en cada medida que se tiñe de falsa vanguardia, está a la orden del día.
Tras ser adoptada por la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, el intendente Julio Garro siguió, como es costumbre, la misma línea.
Tal como sucedió con el recorte de empleados, el Jefe Comunal se sumó a la búsqueda de transparencia y austeridad: pidió a los encargados de personal realizar un análisis para constatar que no existan lazos familiares entre los funcionarios.
Además, habría pedido a sus secretarios que, si el informe lo indicara, renunciaran a sus cargos.
De todas maneras, aun resta establecer cuál será el alcance de la medida, es decir, hasta qué línea familiar se llevará la modificación.
Particularmente el Municipio de La Plata no tiene casos resonantes, en contraposición a otras comunas bonaerenses donde las designaciones están bastante lejos de la transparencia.
El caso rápidamente mencionado por la oposición fue el de Ileana Cid, quien fue elegida concejal pero asumirá como secretaria de Planeamiento; y el titular del Mercado Regional, Rubén Casanovas. Ambos son divorciados pero están en pareja.
Ni lerdos ni perezosos, desde la Municipalidad respondieron que "técnicamente no son familiares".
En ese sentido, la medida tiene algunas lagunas que dejan los límites a la libre interpretación.
Asimismo, se plantearon –como era de esperarse- dos excepciones a la regla.
La primera tiene que ver con el concurso público; esto implica que todos los que hayan pasado por un proceso de selección oficial podrán permanecer en el cargo.
La segunda refiere a la antigüedad: quienes gocen de una estabilidad por la cantidad de años en el puesto, no serán removidos. Este privilegio se extiende también a los que hayan reservado su cargo por ocupar uno de carácter político.
La medida todavía está caliente y resta ver como se aplica en la realidad. Por lo pronto, Cambiemos nos tiene acostumbrados a una estricta linealidad y por eso muchos gobernantes del mismo color político aplicaron lo establecido en el decreto.
Habrá que estar atentos a los casos particulares donde las "excepciones de excepciones" no tardarán en llegar.
