
La zona de Tribunales del microcentro porteño se convirtió nuevamente en escenario de pánico y locura, como consecuencia de otro hecho armado. En esta ocasión, de carácter inédito, dado que el violento episodio tuvo lugar en el interior de una dependencia judicial y fue protagonizado por un detenido y sus seres queridos.
Justamente, éstos le suministraron un arma de fuego durante su traslado, pero finalmente fue reducido cuando ingresaba a la secretaría correspondiente. En la mañana de este miércoles, un imputado por una toma de rehenes, investigado por el Juzgado N° 54, con sede en Lavalle 1638, de esta Capital, recorrió el establecimiento armado.
El curioso suceso se desencadenó durante su traslado. El individuo estaba alojado en la alcaidía, situada en la planta baja del edificio, hacia la Secretaría N° 75, donde lo aguardaban las autoridades judiciales de turno, para tomarle declaración por el delito que se lo acusa. En ese trayecto, parte de su círculo familiar se acercó al detenido con el supuesto afán de tener contacto con él y brindarle contención.
Sin embargo, el verdadero fin fue el de entregarle un arma de grueso calibre, aprovechando un descuido del personal de seguridad a cargo. Lo particular del caso radica en la intención de los seres queridos del reo para recurrir a semejante estrategia, ¿Acaso suponían que facilitándole un arma ayudarían a su familiar a escapar de la dependencia judicial?
Un interrogante sin respuestas, producto de la incertidumbre y el hermetismo que enmarcó al hecho, y que a su vez acentuó el temor de los vecinos, quienes en la tarde anterior fueron testigos de un sangriento tiroteo, y de los empleados del lugar.
Justamente, los representantes gremiales reconocieron las limitadas condiciones de seguridad, reflejada en el escaso personal de turno y la falta de un detector de mentales, este último déficit fue aprovechado por el apresado y su entorno. Finalmente, un integrante del Servicio Penitenciario Federal advirtió que el sujeto portaba un arma cuando ingresaba a la Secretaría 75.
Por lo tanto, fue reducido, y a su vez, las autoridades del juzgado procedieron a cerrar los accesos para identificar y detener a quienes suministraron el arma. En consecuencia, una mujer y un hombre fueron arrestados. Por su parte, el personal comenzó a retirarse del recinto en las últimas horas de la tarde, sin ocultar la angustia que les causó el episodio armado.