Rodrigo Javier Carrizo e Iván Nicolás Van der Meulen fueron ejecutados a balazos el martes a la noche en un oscuro hecho ocurrido en la esquina de Viña del Mar y Punta del Indio, en el barrio Puente Gallegos. El primero recibió al menos nueve balazos y su compañero cinco. Los vecinos indicaron que las víctimas circulaban en un viejo Peugeot 504 cuando fueron interceptados por dos hombres. Uno de los atacantes, un vecino que vive a 50 metros del lugar de la ejecución, es sobrino de una empleada policial; y el otro hombre estaba vestido con ropas policiales y utilizaba un chaleco antibalas.
"Los pibes iban a la estación de servicios a cargar combustible cuando Fabián (el vecino acusado) los llamó y les reprochó que le devolvieran algo. Los pibes estacionaron el auto y esperaron. A los segundos Fabián, con un tipo vestido como policía, los acribillaron. Ya herido Rodrigo (Carrizo) alcanzó a salir del auto e intentó correr, pero le siguieron tirando hasta que cayó" sin vida, indicó un vecino que vio la secuencia.
Van der Muelen tenía 25 años, era padre de dos hijos y no alcanzó a bajar del auto. Uno de los cinco impactos que tenía su cuerpo lo había alcanzado en la cabeza. Como la ambulancia no llegaba y Carrizo agonizaba tirado en el piso, los vecinos presionaron a la policía que llegó al lugar para que lo llevaran a un centro asistencial. Murió antes de llegar al Hospital Roque Sáenz Peña. Oficialmente se indicó que al revisar las prendas de este último "se le secuestraron del bolsillo del pantalón 42 envoltorios conteniendo droga", aunque no se especificó si se trataba de marihuana o cocaína.
Los vecinos indicaron que mientras se realizaban las pericias sobre el Peugeot 504, que quedó a escasos 100 metros del Centro de Salud "San Vicente de Paul", los parientes de Fabián, el hombre apuntado como el asesino, abandonaron su casa. "Ese pibe es un peligro. A los muertos los ensuciaron y la verdad es que los mataron como a perros. Es sobrino de una milica y se cree dueño del barrio", reflexionó un vecino.
Rodrigo Carrizo e Iván Nicolás Van der Meulen se sumaron a la fría lista de asesinados en Rosario. Para ser más precisos cuatro en el término de 20 horas. Según relataron los vecinos Carrizo tenía 22 años y hacía dos semanas que lo habían suspendido de su trabajo en la fábrica de electrodomésticos Liliana. No tenía antecedentes penales y residía en Montecarlo al 2700. Van der Meulen tenía 25, dos hijos pequeños y se ganaba la vida haciendo changas esporádicas de mecánica. Vivía en Mar Chiquita al 3700 y en su foja de antecedentes tenía una investigación por infracción a la ley de estupefacientes del año 2012 que tramitó el Juzgado Federal 4 de la ciudad bonaerense de Marcos Paz. Ambos vivían a escasos 150 metros del lugar donde los ejecutaron.
Los vecinos pusieron en tela de juicio que los pibes asesinados trabajaran vendiendo drogas, como hizo inferir el hallazgo de envoltorios con estupefacientes en las prendas de uno de ellos. "Los ensucian porque el que los mató tiene una pariente milica", razonó uno de los residentes. "Ellos (por las víctimas) son hijos de personas pobres. A uno no lo van a velar y al otro no saben como juntar la plata para pagar el velorio", explicó una señora.
"A nosotros todo ésto nos da mucha tristeza porque son pibes a los que uno vio crecer. Nosotros tratamos de hablarles a estos pibes (por un par de adolescentes que se acercaron a la charla tras fumar un porro) y les explica que la vida puede ser demasiado corta si uno elige mal o no sabe que es lo mejor", agregó.




