"A la noche es frecuente que suceda. Viene gente con mucha hambre y drogados. Te apuran, te piden comida. Vos le vas dando y ellos se van agrandando. Creen que uno les tiene miedo. Cuando le decís que no, ahí se vuelven locos", contó en diálogo con COOL 103.7 Juan, el dueño de El Gran Mingo.
El restaurante de 6 y 50 sufrió otro incómodo episodio en la jornada de ayer. Uno de estos sujetos, incluso, revoleó una silla por la ventana tras molestar a los comensales que estaban dentro del local.
Respecto a las medidas de seguridad que deben tomar ante estos casos, el dueño destacó que hay una persona afuera y "cuando observa algo extraño alertamos a los clientes para que guarden los bolsos, los celulares y tengan cuidado".
"Esto pasa en todos los locales del centro que tienen mesitas afuera. Ellos buscan asustar y las familias no están acostumbrada a eso. Después les explicamos y se tranquilizan. Pero es difícil".
Los comerciantes del centro platense afirman que esas situaciones no solamente genera un momento incómodo, sino que repercute a largo plazo en las ventas porque espanta a los clientes.
