Los empleados de Carrefour continúan en estado de alerta frente a la presentación de la cadena francesa de un pedido de proceso preventivo de crisis y ante las versiones vertidas desde el propio gremio mercantil a nivel nacional (aunque sin confirmación de la cartera laboral) de un principio de acuerdo para implementar mil retiros voluntarios y la reconversión de hipermercados en mayoristas en todo el país.
Según trascendió, otra medida que adoptaría la empresa es cerrar las sucursales de Carrefour que funcionen en locales alquilados.
También referentes del sindicato mercantil a nivel nacional opositores a la gestión de su presidente, Armando Cavalieri, divulgaron que los empleados que acepten abandonar su puesto accederían a una indemnización equivalente a un 110 por ciento y 150 por ciento del monto que le correspondería frente a un despido injustificado.
En este sentido Diego Virgili, miembro del consejo directivo del Sindicato de Empleados de Comercio de Rosario y uno de los delegados gremiales en una de las cinco sucursales que la cadena posee en esta ciudad, acotó que esta opción de retirarse siempre estuvo disponible —aunque a un porcentaje menor— y que bajo esta figura la empresa redujo su planta a más de la mitad en la última década, que pasó de contar con 800 trabajadores a 450.
Tal situación "mantiene a los empleados sobrecargados, y con menos personal del que hay no se puede operar", denunció Virgili, quien sostiene que la crisis económica que argumenta la empresa "es mentira", porque "sus balances les dan positivos", pese a que "hay una baja del consumo y un deterioro del mercado interno", reconoció.
"Lo que sucede es que la cadena en Argentina debe mantener la tasa de retorno a Francia. Los números les tienen que cerrar sí o sí y el ajuste lo hace con los trabajadores. Entonces con la plata del Estado, accediendo a beneficios como pagar menos cargas patronales y sociales, van a financiar los retiros, que no son más que despidos encubiertos", enfatizó el dirigente mercantil local.
