La confesión de una persona que se quebró ante el fiscal de la causa, José Luis Maroto, fue la clave para que los dos demorados anoche por la DDI de la Matanza fueran imputados formalmente por el crimen del colectivero Leandro Miguel Alcaraz el domingo en Virrey del Pino.
Se trata de dos adolescentes apodados "Rodolfito" y "Viejo", de 17 y 18 años respectivamente. Ambos viven en la zona donde fue asesinado el chofer de dos balazos, después de mantener una discusión con dos pasajeros porque no tenían la SUBE para pagar el viaje.
La secuencia de los hechos, según los datos aportados por el testigo, apunta al mayor de los detenidos como el autor de los disparos mientras que el menor, sería el que habría subido al colectivo en la parada de San Justo para ir al hospital donde estaba internada su novia embarazada.
Durante los allanamientos que se hicieron anoche en las viviendas de los dos acusados, se secuestraron teléfonos celulares, municiones y ropa similar a la que llevaban puesta quienes cometieron el crimen. Sin embargo, no se habrían encontrado armas en el lugar.
