
En medio de la tensión financiera y cambiaria de los últimos días, el Banco Central juega muy fuerte este viernes en el mercado financiero al subir unos 300 puntos básicos la tasa de política monetaria, para ubicarla en 30,25 por ciento.
De imprevisto, la autoridad monetaria instrumentó otra herramienta con la que cuenta para bajar el apetito de los inversores por el dólar, al margen de la venta de divisas con la que también actuaba.
Minutos después, la autoridad monetaria emitió un comunicado en el que se destaca que la decisión se tomó "fuera de su cronograma preestablecido" y con el "objetivo de garantizar el proceso de desinflación y está listo para actuar nuevamente si resultara necesario".
La medida tiene impacto en todo el sector financiero: influirá en la tasa de plazos fijos y también el costo de los créditos para empresas y particulares.
El Gobierno confía en que el fin de semana largo servirá para enfriar una semana movida, con una tensión financiera muy importante, algo que por otra parte permitirá reorganizar estrategias.
La sorpresa estuvo marcada porque la decisión fue tomada en una jornada de fuerte tensión en el mercado cambiario, pero en la que no estaba prevista una reunión del Comité de Política Monetaria para mover las tasas.
Pocos minutos después de la fuerte jugada de la entidad que conduce Federico Sturzenegger el mercado cambiario comenzó a descomprimirse, en una jornada en la que el dólar al público quebró la barrera de los 21 pesos por primera vez.
Santiago Bulat, economista de OJF & Asociados, estimó que la medida "le podría poner algún freno a la actividad económica, pero a la vez sirve para calmar la presión sobre el dólar y la expectativa inflacionaria".