La celiaquía consiste en la intolerancia permanente al gluten, cuyo principal componente es la gliadina, un conjunto de proteínas presentes en el trigo, la avena, la cebada y el centeno, conocidos como TACC.
Mundialmente, es considerada la enfermedad intestinal crónica más frecuente y se presenta sobre todo en personas que tienen predisposición genética a padecerla.
Está comprobado que la incidencia es mayor en mujeres que en varones y cuando un paciente confirma el diagnóstico, se suele indagar en el resto de los miembros de su grupo familiar de primer grado (padres, hermanos e hijos) ya que tienen mayor predisposición a padecer la enfermedad. En este grupo, la prevalencia oscila entre el 5 al 15% y la enfermedad puede permanecer de forma asintomática.
Las personas que presentan esta patología necesitan un único tratamiento para mejorar su salud que consiste en consumir y administrar una dieta estricta sin gluten durante toda la vida. Esta alimentación representa una serie de dificultades por su elevado costo por lo que los celíacos basarán su dieta en alimentos naturales como legumbres, carnes, pescados, huevos, frutas, hortalizas y cereales.
Cabe mencionar que la detección temprana y el tratamiento oportuno revisten fundamental importancia para evitar complicaciones secundarias de esta patología.