Cristian Aldana está detenido con prisión preventiva desde el 22 de diciembre de 2016 en la cárcel de Marcos Paz y podría pasar 20 años preso si es declarado culpable en el juicio que empieza este jueves en los tribunales porteños. El cantante de El Otro Yo está acusado por abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante y corrupción de menores contra siete víctimas.
La situación de Aldana empezó a complicarse hace poco más de un año, cuando mostró públicamente su apoyo en las redes sociales a las presuntas víctimas de abuso por parte de su colega de "La Ola Que Quería Ser Chau", Miguel del Pópolo. Sus comentarios desencadenaron la reacción de otras tantas chicas que recién entonces se animaron a hacer la denuncia en su contra.
La estrategia del músico era repetida. Todas sus víctimas eran sus fans y las contactaba a través del blog de El Otro Yo. Cuando empezaron a estar con él tenían entre 13 y 16 años por lo que, la mayoría, no tenía experiencia sexual. En casi todos los casos, arrastraban situaciones conflictivas con sus familias.
Las primeras en acusarlo fueron tres jóvenes que grabaron un video y lo subieron a Facebook. A cámara, relataron las violentas experiencias a las que las había sometido el cantante. Ellas dieron el puntapié para que se sumaran después más testimonios y la denuncia llegara a la Justicia.
El juez Roberto Oscar Ponce ordenó la detención de Aldana y le negó la excarcelación. "Sabiendo de su condición de ídolo musical de las víctimas menores de edad y, en aprovechamiento de la adoración que éstas le dispensaban, como así también de su inmadurez sexual, las forzó a mantener relaciones sexuales con él en forma violenta e intempestiva", sostuvo en su resolución."Logró manipularlas para que participaran de orgías sexuales que organizaba con otras menores de edad, como así también las incitó a incorporar a otras niñas a dichas prácticas".
Desde la cárcel, en una entrevista por correspondencia con la Revista Rolling Stone, el líder de El Otro Yo, afirmó que "estar en la cárcel es estar en el infierno" e insistió con su inocencia. Aldana negó los encuentros sexuales con las menores y aseguró que ni siquiera las conocía.
"Me acerqué a Cristo por medio de la oración y pude recuperar un poco de paz. Hoy le encuentro un especial sentido a la libertad y me aferro al amor de mi familia, a los amigos y a la música", contó.
