El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aprobó tres órdenes ejecutivas para desproteger a los trabajadores públicos haciendo más fácil su despido y reduciendo el tiempo que pueden dedicar a labores sindicales.
La primera medida facilita el despido de trabajadores con bajo rendimiento o que hayan incurrido en mala conducta, reduciendo de 120 a 30 los días de gracia que se les otorga para mejorar su desempeño antes de la toma de una decisión final.
Por otra parte, la segunda medida ordena a los departamentos y agencias reducir a menos de un año los periodos para negociar contratos con los sindicatos que representan a los trabajadores.
Finalmente, una tercera orden limita a un 25% de la jornada laboral el tiempo que los trabajadores pueden destinar a labores sindicales, un derecho que consagrado por el Congreso hace cuatro décadas.