El teléfono de Inés Zorreguieta sonó reiteradas veces pero no atendió. Su amiga se preocupó. Sabía que atravesaba un momento grave de su depresión y por eso decidió ir hasta el departamento de la calle Río de Janeiro al 200, en el barrio de Caballito. Y fue su amiga quien encontró muerta a la hermana de la reina de Holanda, Máxima.
Todo indica que se trató de un suicidio ya que en el departamento no hay indicios de que hayan estado otras personas. A eso se suma que los primeros testimonios recogidos en la causa judicial -a cargo del juez de instrucción Fernando Caunedo y de la fiscal Cintthia Oberlander– señalan que Zorreguieta, de 33 años, atravesaba un cuadro de depresión.
Cuando la amiga encontró el cuerpo llamó a la Policía. Llegó al departamento personal de la Comisaría 11 de la ciudad, luego la fiscal Oberlander y peritos. También se acercaron familiares como su madre, María del Carmen Cerrutti, y primas.
El cuerpo ya fue trasladado a la Morgue Judicial donde especialistas del Cuerpo Médico Forense le realizarán la autopsia, cuyo resultado se espera para las próximas horas.
En el departamento la Policía encontró papeles escritos por Zorreguieta que daban cuenta del momento que atravesaba, sin llegar a ser una carta de despedida dirigida a nadie.
La amiga, la madre y las primas de Inés Zorreguieta y el encargado del edificio ya declararon. La familia dio cuenta del estado emocional que vivía y el encargado no dio indicios de que esa noche haya ocurrido algo en especial en el edificio.
