El equipo del presidente Mauricio Macri salió a explicar los motivos de la suspensión del viaje a Rosario, en donde el mandatario tenía previsto encabezar el acto central por el Día de la Bandera.
Aunque en un primer momento aclararon en un comunicado que se debía a "motivos de seguridad", el secretario general de Presidencia, Fernando De Andreis, detalló el trasfondo de la decisión y no dudó en apuntar a grupos preparados para generar incidentes.
"No queremos hacerle juego a los violentos", aclaró. El funcionario del oficialismo confirmó que el Ministerio de Seguridad de la Nación, conducido por Patricia Bullrich, había identificado a organizaciones kirchneristas, sindicalistas y de izquierda que estaban organizando posibles disturbios.
De Andreis remarcó que la principal preocupación del jefe de Estado era la seguridad de los propios rosarinos y que no querían que se "empañara la fiesta" que gira entorno a la fecha patria.
"La Argentina votó un cambio, que es vivir en paz y sin mafia. Estos sectores violentos todavía no se dieron cuenta de esto", agregó el secretario, quien también aclaró que la decisión final también se acordó con el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz.
A pesar de las aclaraciones del Gobierno, surgieron varias contradicciones sobre la ausencia de Macri en el acto. Una fuente del Ministerio de Seguridad santafesino desmintió la información que dio la Casa Rosada: "A las 13 avisaron que venía. A las 19 que no. No dijeron el motivo".
A su vez, un alto funcionario de la cartera de Seguridad de la Nación reconoció a este medio que las manifestaciones de Izquierda no representaban "ningún riesgo".
