Con un gobierno empantanado en la inestabilidad del dólar, la aceleración de precios y la incipiente recesión, la sociedad argentina empieza a poner la mirada en las propuestas de la oposición.
¿Hay algo superador a la economía macrista? ¿Lo peor ya pasó?
Sergio Massa volvió a la escena principal luego de varios meses y apunta a escalar posiciones con un discurso enfocado a lo económico. No lo dicen abiertamente sus espadas económicas, pero el massismo ve con buenos ojos la escalada del dólar.
No es algo extraño: en las filas del Frente Renovador están muchos de los funcionarios y allegados a Eduardo Duhalde que motorizaron la megadevaluación del 2002. Aldo Pignanelli, por caso, era el presidente del Banco Central. Y el vasco De Mendiguren, actual diputado massista, fue el ministro de Producción del "cabezón" en ese turbulento 2002.
De Mendiguren, además, fue una de los empresarios textiles que más había criticado a Menem y De la Rúa por la convertibilidad y exigía la depreciación de la moneda argentina.
Roberto Lavagna, el cerebro económico de Massa, fue el ministro de Economía que capeó la crisis del 2002.
Desde Cambiemos le restan importancia a la tarea de Lavagna en aquel momento. Argumentan que el "trabajo sucio" lo hizo Remes Lenicov, el fugaz ministro de Economía de Duhalde que realizó la devaluación y luego fue reemplazado por Lavagna.

Nicolás Dujovne es uno de los que "ningunea" el trabajo de Lavagna. Lo acusa, además, de haber logrado el superávit fiscal entre 2002 y 2005 a costa del congelamiento de las jubilaciones y los salarios estatales. El equipo de Duhalde-Massa también porta con un dato negativo: llevaron la pobreza del 37% (cuando se fue De la Rúa) al 56% de un plumazo.
Cristina Kirchner, durante su presidencia, llamaba "Frente Devaluador" al "Frente Renovador". En eso, no estaba tan equivocada.
Hay algo raro en el discurso massista: quieren la devaluación para darle "competitividad" a la economía, pero al mismo tiempo se quejan de su traslado a precios.
En el 2002 no había ese problema. Cuando Duhalde devalúo fuertemente, Argentina venía de varios meses con deflación, con lo cual el traslado a precios no fue tan violento. Ahora la inercia inflacionaria es un cóctel que lastima ante la más mínima depreciación. No hay margen.
Todavía más paradójica es la queja de los dirigentes kirchneristas con la actual cotización del dólar ya que, en realidad, nunca en la historia argentina hubo un dólar más devaluado que en los años de Néstor Kirchner.
La izquierda y el kirchnerismo agregan más confusión al panorama económico: rechazan que el dólar suba y también que el Banco Central intervenga para frenar su cotización. Esquizofrénico.
Macri quiere que el peronismo se meta en el barro. Lo dice abiertamente: "Quiero que me traigan propuestas para bajar el gasto público". Traducido: "Hagamos el ajuste entre todos". El debate por el presupuesto del 2019 mostrará cuál es el grado de responsabilidad del justicialismo.
Por lo pronto, mayo empieza a mostrar los primeros signos de una recesión que podría durar casi todo el año. La industria cayó un 1.2% en ese mes, según el INDEC, y se espera que la actividad en su conjunto tenga un flojo desempeño en el segundo trimestre. Para el mercado, el 2018 terminará con un crecimiento del 0.5%, mientras que el 2019 llegaría al 1.6%. Un escenario muy discreto para ganar la elección presidencial.





