Daniel Lagostena está acusado de haber asesinado a la mujer y haber hecho desaparecer su cuerpo.
El caso Érica Soriano tendrá este miércoles su desenlace, después de ocho años de investigación y misterio. Daniel Lagostena (58), que era la pareja de la mujer al momento de su desaparición y es sospechoso de haberla asesinado, podría recibir una pena de hasta 25 años de prisión.
El caso se definirá, al menos en primera instancia, desde las 11 en los Tribunales de Lomas de Zamora. El fallo será enunciado por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) número 9 de ese departamento judicial.
"Como lo vengo sosteniendo desde hace ocho años, soy inocente", dijo Lagostena en la última audiencia, la semana pasada, cuando tuvo la oportunidad de pronunciar sus últimas palabras.
Pero tanto la fiscalía como la familia de la joven, que tenía 30 años al momento de desaparecer en agosto de 2010 y estaba embarazada, pidieron la pena máxima para ese delito. Consideran al hombre autor del delito de "homicidio simple en concurso ideal con aborto en contexto de violencia familiar". Para la defensa, lógicamente, Lagostena debe ser absuelto por el beneficio de la duda. Es que nunca se encontró el cuerpo de Soriano.
El debate oral comenzó el 4 de junio pasado y este miércoles definirán los jueces Victoria Ballvé, Darío Bellucci y Juan Manuel Rial. Se prevé que Lagostena, quien está detenido desde mayo de 2016, escuchará la sentencia en el banquillo de los acusados.
La hipótesis de la fiscal Marina Rocovich es que Lagostena mató e hizo desaparecer a su esposa con la complicidad de personas vinculadas a casas crematorias, a través de contactos que el sospechoso tenía porque su familia estaba vinculada al negocio de los sepelios.
"Se probó la acción de matar y no el cómo la mataron. Esto se acreditó con pruebas en el juicio. Se comprobó que el último que la vio con vida fue él", comentó Verónica Soriano, hermana de la víctima.
Hace poco más que dos años que Lagostena está preso, por orden del juez de Garantías Gabriel Vitale, quien en mayo de 2016 ordenó su segunda detención tras encontrar nuevas pruebas que lo vinculaban aún más al crimen.
Los jueces de la Sala III, Tomás Bravo, Jorge Tristán Rodríguez y Martín García Díaz, lo habían liberado en 2012 tras cuestionar las pruebas que se habían incorporado en la investigación. Incluso habían expresado que la desaparición de Érica Soriano no aseguraba su muerte o el homicidio.




