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l Gobierno se encamina a sobrecumplir el déficit fiscal de 2,7% del PBI que se propuso como meta anual, en acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En los primeros siete meses del año, el déficit fiscal fue de 0,9% del PBI, muy por debajo del 1,6% que tuvo en el mismo periodo de 2017. En concreto, el Estado tuvo un déficit de $120.104 millones, lo que significa una caída del 27,8% interanual, según informó hoy el Ministerio de Hacienda y Finanzas.
Según analistas privados, el Gobierno podría terminar el año con un déficit primario de 2,5% del PBI, 0,2 puntos porcentuales por debajo de la meta. El año que viene, el país tiene una meta aún más ambiciosa de llegar al déficit primario de 1,3% del PBI. Achicar la brecha entre el gasto público y los ingresos le permitirá al país ser menos vulnerables a los cambios de humor de los mercados internacionales, ya que la Argentina dependería menos del financiamiento externo.
En los primeros siete meses del año, los ingresos totales fueron $1.427.619 millones, mientras que el gasto primario fue de $1.547.723 millones, lo que da la diferencia de $120.104 millones. Asimismo, cuando se le suma los intereses por la deuda externa ($193.463), el resultado da un déficit total de $313.567 millones, un 8,8% por arriba del mismo periodo de 2017, pero aún por debajo de la inflación interanual de 31,2% que estimó el Indec.
l Gobierno se encamina a sobrecumplir el déficit fiscal de 2,7% del PBI que se propuso como meta anual, en acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En los primeros siete meses del año, el déficit fiscal fue de 0,9% del PBI, muy por debajo del 1,6% que tuvo en el mismo periodo de 2017. En concreto, el Estado tuvo un déficit de $120.104 millones, lo que significa una caída del 27,8% interanual, según informó hoy el Ministerio de Hacienda y Finanzas.
Según analistas privados, el Gobierno podría terminar el año con un déficit primario de 2,5% del PBI, 0,2 puntos porcentuales por debajo de la meta. El año que viene, el país tiene una meta aún más ambiciosa de llegar al déficit primario de 1,3% del PBI. Achicar la brecha entre el gasto público y los ingresos le permitirá al país ser menos vulnerables a los cambios de humor de los mercados internacionales, ya que la Argentina dependería menos del financiamiento externo.
En los primeros siete meses del año, los ingresos totales fueron $1.427.619 millones, mientras que el gasto primario fue de $1.547.723 millones, lo que da la diferencia de $120.104 millones. Asimismo, cuando se le suma los intereses por la deuda externa ($193.463), el resultado da un déficit total de $313.567 millones, un 8,8% por arriba del mismo periodo de 2017, pero aún por debajo de la inflación interanual de 31,2% que estimó el Indec.
En tanto, para el mes de julio, el déficit primario cayó 35,4% interanual (fue de $14.280 millones), si bien el rojo financiero avanzó un 90,6%. Los gastos nacionales que más cayeron en el útlimo mes fueron en los sectores vivienda (-48,1%); agua potable y alcantarillado (-28,5%); transporte (-19,4%), y, en igual medida, energía y educación (-13,8%). Asimismo, por la eliminación del Fondo Federal Solidario, más conocido como el fondo sojero, que repartía el 30% de lo recaudado por las retenciones de soja entre las provincias y los municipios, le permitió al Estado Nacional ahorrarse un gasto que el año pasado le significó en el mismo es $2326 millones.
En tanto los ingresos aumentaron un 187,6% por rentas de la propiedad, un 18,2% por la recaudación de tributos y un 21,7% por otros ingresos. Asimismo, el Estado recibió $4931 millones extra por ingresos de capital, comparado con julio de 2017.