El gobierno uruguayo está preocupado por la situación económica que atraviesa la Argentina y tomó medidas para que la crisis no impacte de lleno en el país.
"Argentina me tiene con el Jesús en la boca y no sé en qué va a terminar", dijo la vicepresidente Lucía Topolansky cuando le preguntaron cómo se vive desde su gobierno la crisis cambiaria de los vecinos.
El jueves, en la Argentina el dólar se disparó hasta 15% y tocó los 41 pesos argentinos, aunque luego finalizó en 38,5 pesos argentinos, un 13% más que el miércoles.
Los técnicos del Banco Central de Uruguay (BCU) siguieron el jueves minuto a minuto la evolución del mercado cambiario argentino y, de hecho, el BCU concretó la intervención más grande de la que hay registro para que no salte el dólar: vendió 133,1 millones de dólares. A eso le sumó ventas de dólares a futuro (a uno, dos y tres meses) por un total de 25 millones de dólares.
"Me preocupa de Argentina la inestabilidad económica, saber para dónde va ese país. El capital es cobarde. Se disparó el dólar. Y nosotros estamos tan hermanados… Se tomó la decisión (de reestablecer la exoneración) del IVA para los turistas en la próxima temporada pero no sé si basta. Y a nosotros la temporada sí nos importa. Entonces ¿cómo no me va a preocupar?", analizó Topolansky.
Por su parte, el viceministro de Economía y Finanzas de Uruguay, Pablo Ferreri, reiteró que la "solidez y espalda financiera" de su país frente a sus vecinos permiten mirar al desplome del peso argentino "con tranquilidad", ya que su situación es "radicalmente distinta" a la de Argentina.





