Gradualismo Q.E.P.D: ¿Era evitable?

Opinión 02/09/2018 . Hora: 08:30
Gradualismo Q.E.P.D: ¿Era evitable?

A Macri le dieron tres años para hacer las correcciones macroeconómicas que el país necesitaba. Eligió el camino gradual con metas de déficit fiscal (o "ajuste" en el lenguaje popular) bastante poco ambiciosas.

Ante el primer viento fuerte que vino del mundo, los bonistas extranjeros se asustaron y sospecharon que Macri no podía asegurar el cumplimiento de sus obligaciones en dólares. La consecuencia: un país que de nuevo se quedó sin financiamiento barato y, encima, con una sequía increíblemente inoportuna que dejó sin oferta de dólares al país. Devaluación.

El ajuste que el gobierno no quiso, no supo o no pudo hacer, lo terminó haciendo el dólar.

¿Era evitable este golpazo? En el 2016 Macri le pidió un esfuerzo a la población. Hubo dos decisiones acertadas, pero con consecuencias negativas en el corto plazo: la baja de las retenciones y la salida del cepo. Ambas aceleraron la inflación en los alimentos. Y por el lado del ajuste fiscal, el gobierno atacó fuerte los subsidios a los servicios públicos. Ese fue el único ítem donde mostró "avances". Pero era entendible: más ajuste hubiera sido difícil de soportar.

PROVINCIA NET

El problema estuvo, quizás, en el 2017. Cegado por las elecciones y por darle esperanza al pueblo, Macri quiso evitar las malas noticias. Los aumentos tarifarios que correspondían al segundo semestre fueron pospuestos y se exacerbó la obra pública. Los salarios públicos, gracias a la cláusula gatillo, le empataron como mínimo a la inflación y todos quedaron bastante satisfechos.

En el acumulado, debe decirse que 2017 fue un año donde también Dujovne logró bajar el déficit fiscal, pero a un ritmo evidentemente muy lento. Mientras tanto, el gobierno se financiaba con endeudamiento, lo cual atrasaba el tipo de cambio.

El 2018 desnudó las limitaciones de ese esquema. A esa "tibieza fiscal" se le sumó, también, una sucesión de malas decisiones del Banco Central, que tuvo a un Sturzenegger impecable en el 2016, pero luego errático para cumplir con las metas propuestas.

El dólar flotando en los 40 pesos no es un complot de los golpistas ni una maniobra adrede d funcionarios por intereses espurios; es sencillamente el resultado de que el gradualismo se quedó a mitad de camino.

Pero hay algo peor: no hay un modelo económico alternativo. El PJ y el massismo proponen "fortalecer el mercado interno" o "impulsar el crecimiento". Son consignas vacías: como si a una persona que pesa 160 kilos le dijeran que su solución es dejar de comer.

También es bueno recordar la "salida" a la crisis del 2001 de Duhalde: devaluó un 300%, la inflación cerró en 40%, el PBI se derrumbó 10 puntos, la pobreza trepó al 56% y los salarios públicos y jubilaciones fueron congeladas. Es decir, no ofreció una solución muy gradualista. Ese bestial ajuste (el más grande en la historia argentina) le allanó el camino a Néstor Kirchner, que gobernó con un dólar muy competitivo, salarios en dólares desplomados y una gran capacidad ociosa por el alto desempleo. 

Duhalde le hizo el trabajo sucio a Kirchner. Macri tuvo que hacerse su propio trabajo sucio. No tuvo un "Remes Lenicov" (el ministro de Economía de Duhalde que hizo el ajuste) que lo antecediera.

Quizás una lección le haya quedado a este gobierno tras la corrida: hay que gestionar sin pensar en las elecciones y en las encuestas. No hay nada más importante que tomar las decisiones adecuadas y necesarias, sean o no sean populares.