A Sheila Ayala la ahorcaron con una sábana y la descartaron como basura en un hueco entre dos paredes, desnuda y envuelta en una bolsa de nylon. Según la autopsia, ya muerta, en la caída sufrió la fractura de cinco costillas. Para los forenses, la distancia desde la que arrojaron el cadáver podía coincidir con la altura del balcón del departamento de los acusados por el crimen. Este jueves confirmaron esa hipótesis.
Esa fue la principal conclusión a la que llegaron los investigadores que hicieron una inspección ocular en el predio conocido como Tupasy en Villa Trujui, en San Miguel, donde vivía la familia paterna de Sheila. Allí desapareció la chiquita el domingo 14 de octubre y allí fue encontrado su cuerpo el jueves 18.
Durante la inspección ocular, los peritos confirmaron que es posible arrojar un cuerpo desde el balcón del departamento del segundo piso que compartían los detenidos por el homicidio y hacerlo caer en el hueco donde apareció. Eso habrían hecho los sospechosos, la tía y madrina de Sheila, Leonela Ayala; y su esposo, Fabián Esequiel González Rojas (24).
La medianera del departamento constituye parte del perímetro del hueco donde se encontró el cuerpo de Sheila. La altura que hay entre el balcón y el piso de ese espacio, donde los vecinos solían descartaban basura, es de seis metros.
Para el fiscal Gustavo Carracedo, que investiga el crimen de la nena, Leonela Ayala y su esposo son los "coautores" del homicidio agravado por alevosía. Los dos están presos y los resultados de las pericias serán clave para confirmar o descartar la teoría de los investigadores: que ambos participaron del crimen.