La tensión por la negociación de un bono, que se anunció en la tarde del martes tras una reunión de la CGT, empresarios y el gobierno, repercutió con fuerza este miércoles en la central sindical, donde no cayeron bien las presiones de los empresarios y algunas definiciones del ministro de la Producción, Dante Sica.
El ministro pasó el monto del plus salarial de los "5.000 pesos como mínimo" que había anunciado el secretario general de la Confederación General de Trabajo, Héctor Daer tras la reunión a un magro "hasta 5.000". Además, el punto que mayor tensión generaba en la negociación era la posibilidad de considerar el pago extra "a cuenta de paritarias", con lo cual los que ya renegociaron sus salarios (Sanidad, que conduce Daer entre ellos) no percibirían ningún incremento real en sus haberes.
Ese punto generó además un cimbronazo sobre las negociaciones salariales que ya se habían acordado pero todavía no estaban firmadas, y sobre todo en las que se estaban rediscutiendo en estos días. En el primer lote se ubica nada menos que el hermano de Daer, Rodolfo (Alimentación), quien recibió la noticia de la marcha atrás con lo que habían acordado esta misma semana, por lo que anunciaría una medida de fuerza en los próximos días.
En tanto, otros sectores como los metalúrgicos habían logrado el compromiso de las cámaras del sector para discutir una actualización de los sueldos acorde a la escalada inflacionaria, teniendo en cuenta además la crisis económica que afecta a las empresas. Ahora, todo eso quedó paralizado a la espera de la "letra chica" del decreto que el gobierno sigue negociando con industriales y gremialistas.
Todo eso será debatido en el cónclave que el Consejo Directivo de la CGT tendrá en la tarde del jueves.
