
La movilización del 4 de abril, encabezada por sindicatos y pequeños empresarios de la industria, inquieta en el interior de Casa Rosada. Las adhesiones a la medida de fuerza cada vez son más, llegando a contar con la presencia de los movimientos sociales, que saldrán en caravana desde Liniers.
La UOM, gremio que dio el puntapié inicial para la marcha, insiste en movilizar desde Rosario, para confluir frente a Congreso. Intendentes y distintos partidos políticos también dirán presente. La "Marcha Federal de la producción y el trabajo" es el debate que atraviesa Azopardo al 800.
El interior de la CGT discute la modalidad, aún no definida en detalles. "Estamos pidiendo salir desde Rosario", dijo el secretario general de la UOM local, Antonio Donello. Si bien el consejo directivo de la central obrera se reunirá en los próximos días, está casi descartado movilizar desde otra provincia.
Donello, esquivo a los pormenores, dijo que lo importante es "demostrar la disconformidad con el modelo industrial. Venimos de un año muy duro. El gobierno va en contra del consumo y del bolsillo. Solamente cumplen con lo dictado por el FMI". Sin la confirmación oficial -el consejo directivo de la CGT se reunirá la semana próxima- la marcha tendrá como epicentro el Congreso de la Nación, donde se depositará un proyecto de Emergencia Pyme construido entre las cámaras y los sindicatos.
Fuera de las centrales obreras, los movimientos sociales confirmaron su presencia en la movilización. Desde el Movimiento Evita dieron su consentimiento a la convocatoria, y desde los "Cayetanos" (Ctep, Barrios de Pie y CCC) aseguraron que marcharán desde Liniers hasta Plaza de Mayo, aunque no descartan culminar frente al Congreso.