Una CGT enfrentada y dividida -en lo gremial y en lo político- sale a las calles con altas expectativas de concentración. El reclamo lleva la bandera de gremios y pymes industriales, sector asfixiado por el rumbo económico de Cambiemos. Sin oradores ni acto, el recorrido central será desde Miserere hasta Avenida de Mayo y 9 de Julio. En Congreso, un nutrido grupo de dirigentes depositará un proyecto de ley en defensa del rubro.
El 4A dejará dolores de cabeza en Balcarce 50. Las dos centrales obreras, los gremios agrupados por fuera de la CGT, movimientos sociales y pequeños industriales inundarán las calles porteñas para demostrar, por primera vez en el año, el descontento a la gestión de Mauricio Macri.
Alejada, al menos en el corto tiempo, la posibilidad de un paro general, la decepción y preocupación se traducirán en una marcha dividida. La columna central partirá a las 14 desde Plaza Miserere hasta Avenida de Mayo y 9 de Julio. A mitad de recorrido, el sector industrial (sobre todo los sindicatos que conforman la Corriente Federal) depositará un proyecto de ley pyme en Congreso. El fantasma del atril alejó toda posibilidad de escenario.
Por más trabajo decente y relación de dependencia, por mejores salarios y programas sociales, por más producción nacional, por un país que priorice el desarrollo industrial, por servicios públicos de calidad y con tarifas sustentables, entre otros puntos, fueron los disparadores para la marcha de este jueves, que se cocinó en el mes de febrero en compañía de empresarios pymes.
"No alcanza debatir la inflación o el dólar, hay que debatir los temas de fondo. Necesitamos un modelo de desarrollo sustentable", resumió Daer, quien todavía no definió abiertamente su candidato. "Trabajamos todos los días por la unidad entre Cristina y Lavagna. Separados desilusionan a todos los trabajadores", pidió.
El Frente Sindical, en conferencia de prensa, dijo que "esta es la continuidad de un plan de lucha en rechazo a las políticas de ajuste y desocupación que lleva adelante el gobierno".
