La presión impositiva sobre las empresas argentinas es la segunda más alta a nivel global, sólo superada por la que existe en Comoras, un pequeño país de África formado por tres islas en el Canal de Mozambique. Según los datos del último informe Doing Business (Haciendo negocios), un proyecto conjunto del Banco Mundial y la consultora PwC, la tasa total de impuestos y contribuciones obligatorias que debe abonar una empresa local durante su segundo año de actividad es de 106%, expresada como un porcentaje de sus beneficios.
En todo el mundo, solo dos países tiene porcentajes por encima del 100%: la Argentina y Comoras, que alcanza el 219,6%. En los países vecinos, en tanto, los porcentajes van desde un 34% para Chile hasta un 83,7% para Bolivia, pasando por un 65,1% en el caso de Brasil.
La tasa impositiva total mide el monto de los impuestos y las contribuciones obligatorias que pagan las empresas —después de las deducciones y exenciones permitidas— como parte de las ganancias comerciales. Este número proporciona una medida del costo de todos los impuestos que una empresa soporta. La metodología toma todos los impuestos y contribuciones que están obligadas a pagar (en los niveles federal, estatal y local) y también cualquier imposición que afecte las cuentas comerciales. Las principales diferencias entre los países se encuentran en los gastos laborales y los impuestos al valor agregado.