En el 2017 Cambiemos consiguió una importante victoria en la Provincia de Buenos Aires, pero no fue por mucho: Esteban Bullrich le sacó cuatro puntos a Cristina Kirchner (41 a 37%). Ahora el panorama es muy distinto.
Vayamos por partes. La Matanza reune a un electorado de alrededor de 900.000 votantes. La clave del 2017 fue que Cambiemos logró equiparar a ese voluminoso electorado con fenomenales triunfos en La Plata y Mar del Plata. Estas dos ciudades juntan a un 1 millón de votantes, es decir, lo mismo que La Matanza.
La Plata y Mar del Plata tuvieron resultados calcados en el 2017: 49 a 29 se impuso Cambiemos. En La Matanza ganó Cristina 50 a 30. Esta fue una de las claves del oficialismo en el 2017: el efecto de La Matanza fue rápidamente compensado por otras ciudades fuertes.
Esta vez La Plata y Mar del Plata no podrán arrojar los mismos guarismos. Cambiemos confía en ganar en la ciudad de las diagonales, pero no por mucho margen, mientras que en Mar del Plata hay una interna feroz: el PRO, la UCR y la Coalición Cívica le soltaron la mano a Carlos Arroyo, pero ningún candidato alternativo genera demasiado entusiasmo en el electorado local. Ese 49% parece muy lejano.
Hay otro combo de municipios que también suman 1 millón de votantes. Son municipios donde Cambiemos confía en obtener buenos números en el 2019: Vicente López, San Isidro, Tres de Febrero y Morón. En todas ellas gobierna Cambiemos. En Vicente López y San Isidro el oficialismo viene de ganar 60 a 20 en el 2017, pero en Morón y Tres de Febrero la cosa es distinta: también han triunfado en el 2017, pero se presume una elección reñida en el 2019 con el kirchnerismo.
En Morón, el sabattelista Lucas Ghi podría destronar a Ramiro Tagliaferro, afectado por la recesión y la crisis económica a nivel nacional, mientras que en Tres de Febrero Diego Valenzuela ganaría pero con escaso margen, muy lejos del 44 a 33 del 2017.
Vayamos a otro paquete de intendencias, pero esta vez las que le darían una gran sonrisa a Cristina. Moreno, Merlo, Florencio Varela, Ezeiza, Berazategui y Almirante Brown suman 1.600.000 electores; decir, casi duplican a la propia La Matanza. Son los municipios donde Cristina arrasará. En el 2017 Cristina ganó en esos lugares con un 44-50%, mientras que Cambiemos sacó entre un 28-33%. En el 2019 esa distancia se alargará: Cristina estará entre un 50-60%, mientras que Cambiemos mide entre un 20-25%.
Finalmente llegamos al pelotón de municipios enigmáticos. En San Martín gobierna Katopodis (PJ), que en el 2017 jugó con Florencio Randazzo y sufrió una derrota frente a Cambiemos. El actual ministro de Desarrollo Social de la Provincia, Santiago López Medrano, será el candidato de Vidal en esas tierras. Toda la carne al asador.
En Avellaneda también gobierna el peronismo, pero en las últimas elecciones no ha logrado ganar por mucho: fue 41 a 39 en el 2017. Y esta vez apareció una figura imprevista: el periodista Luis Otero, quien ya se lanzó como precandidato por la UCR. En el PRO lo miran de reojo: creen que la principal dirigente de ese distrito es Gladys González, quien desde hace más de 10 años viene compitiendo contra Jorge Ferraresi.
En Quilmes y Lanús gobierna Cambiemos, pero también son municipios en riesgo, fundamentalmente en el primero donde asciende la figura de la camporista Mayra Mendoza y el ex intendente Gutiérrez. Inclusive Martiniano Molina deberá competir internamente contra el legislador provincial radical Fernando Pérez, quien ya se encuentra recorriendo los barrios más pobres con críticas a la gestión local. El 2017 fue un gran llamado de atención: Cristina ganó 41 a 39.
En Lanús, hay una mejor imagen de Néstor Grindetti, y el peronismo se encuentra más fragmentado, sin una candidatura estelar. Asoma con más conocimiento público Julián Álvarez, otro joven de La Cámpora, que fue justamente quien perdió contra Grindetti en el 2015. Final abierto.
Finalmente se encuentra Lomas de Zamora, donde Cristina ganó 44 a 35 en el 2017, y espera estirar esos números en el 2019. Este combo de municipios (San Martín, Avellaneda, Quilmes, Lanús y Lomas) totalizan 2.000.000 de electores; es decir, el doble que La Matanza y el doble que La Plata-Mar del Plata sumados.
Como se ve, un panorama cuesta arriba para la actual gobernadora.