Al presidente de la UCR platense, Claudio Frangul, se le termina su mandato como concejal platense y tiene varios frentes de batalla abiertos.
"Por un contrato es capaz de matar a su madre", dicen desde adentro de la propia UCR. Al edil también lo han bautizado bajo las sombras como "chupete" en honor al poco carisma y la ineficacia para resolver conflictos que comparte con el ex presidente Fernando De La Rúa.
Frangul ya lleva dos mandatos consecutivos al frente de la UCR local, y fue uno de los artífices del acuerdo en 2015 junto al PRO y la Coalición Cívica, pero nadie imaginaba su nivel de "chupamedismo" hacia la gestión local. Inclusive muchos dirigentes radicales ya lo ven más cerca de la casaca amarilla que de la boina centenaria.
Y más: fue uno de los pocos dirigentes platenses que salió a "bancar" públicamente a Mauricio Macri cuando el dólar trepó a los 42 pesos a fines de agosto. Como concejal, su rol fue el de vocero oficial y solamente intentó alzar la voz para defender el empedrado histórico de las calles platenses. Pero hasta eso le salió mal: desde el propio Cambiemos idearon proyectos alternativos para modernizar algunas zonas de circulación de La Plata.
En el radicalismo culpan a Frangul del difuso rol del partido dentro de Cambiemos en La Plata. Entienden que el mimetismo de Frangul con el PRO generó una "extinción" de la UCR, máxime cuando el partido centenario había cosechado alrededor de un 20% si se sumaban los votos de Pérez Irigoyen y Panella en la PASO del 2015.
De hecho, una de las radicales que asumió junto a Frangul, Florencia Rollié, mantuvo fuertes cruces con el concejal en el marco de la campaña legislativa del 2017.
Pero ahora Frangul tendrá menos margen de acción. En la UCR local está rodeado de dirigentes críticos del rumbo económico nacional y local.
Como dirigente radical, también cumplió un rol bastante pobre cuando medios de comunicación denunciaron hostigamiento y discriminación en la pauta oficial. Frangul tomó el reclamo tibiamente, y rápidamente archivó el tema, algo preocupante teniendo en cuenta que la UCR tiene a la libertad de expresión como una de sus banderas principales.
De ahí el reclamo de varios dirigentes por el "chupamedismo" de Frangul, quien acumula los reclamos para empoderar su figura cerca de la esfera del poder local. Una auténtica decepción para la mayoría de los radicales platenses.
