
En la literatura de las Finanzas Públicas existe un modelo llamado "Teoría del votante mediano" que puede aplicar muy bien para la política. La conclusión del modelo es muy sencilla: en caso de que haya solo dos candidatos, ganará el que logre quedarse con el "centro" ideológico, es decir, con el "votante mediano".
Veamos cómo funciona y cómo se manifestaría en Argentina. Supongamos que hay cinco clases de votantes, numerados del 1 al 5. El grupo 1 es la "izquierda", el 2 es la "centro-izquierda", el 3 es el centro, el 4 es la "centro derecha", el 5 es la "derecha". Es decir, va por orden ideológico.
1- Izquierda (Del Caño)
2- Kirchnerismo - Pj
3- Alternativa Federal - Lavagna
4- Cambiemos
5- Liberales (Espert)
El supuesto de este modelo es que los votantes escogen las alternativas más cercanas a su resultado más preferido. Por ejemplo, el votante 2 (Kirchnerismo - PJ) prefiere a 3 (Alternativa Federal - Lavagna) antes que a 4 (Cambiemos) o 5 (Liberales). En otras palabras, elige la opción que está más cerca en esta escala de cinco grupos.
Este simple modelo predice que en un caso de balotaje entre Alberto Fernández - Cristina Kirchner (2) y Mauricio Macri (4), la ex presidente se quedará con el grupo 1 (izquierda), mientras que el hombre del PRO se quedará con los votantes de 5 (liberales). ¿Pero quién se queda con 3?
Dirigentes como Emilio Monzó o Rogelio Frigerio quieren anticiparse a este escenario dudoso y por eso pretenden que 4 (Cambiemos) se aproximen lo máximo posible a 3 (Alternativa Federal - Lavagna). Es decir, dar una señal de amistad hacia el grupo de votantes 3. Esto choca con el "purismo" de Marcos Peña, quien prefiere "ampliar" al votante 4 sin contaminarse de 3. Difícil.
Del otro lado, Cristina también tiende redes hacia el grupo 3. No tanto hacia Lavagna, sino hacia sectores más cercanos a Massa. La reciente confirmación de que el candidato a presidente será Alberto Fernández pareciera encaminarse a dicho objetivo. La heterogeneidad del grupo 3 hace muy difuso a este botín en un balotaje.
Este modelo, como dijimos, predice que si el grupo 3 (Alternativa Federal - Lavagna) llega al balotaje ganaría ante cualquier rival. Si compite contra Cristina (2), se queda con los votantes de 4 y 5 y la vence. Si compite contra Macri, se queda con los votantes de 1 y 2 y también se impone.
Pero este grupo 3 tendrá problemas en octubre cuando haya tres fuerzas competitivas: 2, 3 y 4. Es lógico: Cristina (2) ya podrá "pescar" en 1 (la izquierda), mientras que Macri (4) podrá sumar al votante 5 (liberales). El grupo 3, por lo tanto, es el jamón del sándwich y queda encerrado entre 2 y 4. No puede sumar a los extremos.
La solución del grupo 3 podría ser "confundir" a los votantes 1 o 5. Hacerles creer que 3 (ellos mismos) están más cerca de sus preferencias que 2 o 4. En la práctica: que Lavagna envíe señales de seducción al grupo 5 (liberales) para que voten por él en lugar de por 4 (Macri) que sería lo lógico.
¿Y el radicalismo? Especulan con seguir en 4 (Cambiemos) o pasarse a 3 (Alternativa Federal - Lavagna). Saben que estando en 3 podrían ganar el balotaje (por el teorema del votante mediano). Otra complicada decisión.