Organizaciones sociales llevan a cabo una toma del palacio municipal desde este miércoles. Pero detrás de esta protesta se esconde un escenario oscuro, que tiene lugar en nuestra ciudad pero que también se replica en otros municipios.
El 13 de septiembre del año pasado, la propia Municipalidad de La Plata denunció a una persona vinculada a un movimiento social por una presunta extorsión: pedía entre 30 y 50 millones de pesos para no tener que cortar calle 12 y "armar quilombo".
Desde la Comuna indican que este mecanismo extorsivo está presente de manera permanente. Y es que desde la propia arca municipal se ha destinado un presupuesto de 160 millones de pesos para los movimientos sociales.
Pero a fines del año pasado también tuvo lugar otra denuncia que recayó en la fiscalía de Marcelo Romero. En este caso, se trata de testimonios de los propios cooperativistas donde aseguran que los "referentes" de estos movimientos sociales les exigen entre 500 y 1.000 pesos para poder cobrar y seguir formando parte de esta "organización social".
En la jerga "punteril" se dice que esta plata es para "la causa". Hay audios y mensajes de Whats App que certifican este mecanismo "recaudatorio".
Esto genera un doble perjuicio. Por un lado, se trata de una estafa al Estado, es decir, a los contribuyentes de La Plata, y también implica una afectación salarial para los propios trabajadores.
A muchos de ellos también los obligan a participar de las marchas y generar piquetes.
"Fuimos a pelear por nuestras convicciones, contra el FMI, y yo sé que ustedes no querían venir, pero había que venir sí o sí", dice uno de los audios que ya está en manos de Romero. Fue dicho por uno de los punteros cuando volvía en un micro desde Capital Federal.
A nivel nacional, la cartera comandada por Carolina Stanley intentó cortar con este mecanismo de manipulación hacia los más vulnerables. Por ejemplo, se les entregó la tarjeta del Banco Nación a los beneficiarios de planes sociales para evitar la interferencia de los punteros en el cobro.
Sin embargo, la fuerte presencia de estas organizaciones en los barrios continúa siendo una barrera difícil de romper para el Estado Nacional.
