Una Encuesta de Costumbres Argentinas diseñadas por los sociólogos Daniel Schteingart y Sol Civale arrojó conclusiones interesantes que correlacionan el consumo de carne de las personas con su voto o ideología política.
Del estudio se desprende que el consumo de carne es mucho mayor en votantes de Espert, Gómez Centurión y Mauricio Macri en comparación a los de Del Caño y Alberto Fernández.
Los autores del estudio explican que una de las razones principales de este fenómeno tiene que ver con el poder adquisitivo: los votantes de Macri tiene un nivel económico superior (en promedio) que los del Frente de Todos. Por lo tanto, la relación consumo de carne e ideología estaría vinculada a una cuestión de ingresos.
Identificarse con colectivos como "conservadurismo", "liberalismo", "derecha" o "macrismo" aumenta la probabilidad de comer mucha carne. A la inversa ocurre con quienes se identifican con "ecologismo", "feminismo" o "kirchnerismo".
Daniel Schteingart, en su cuenta de Twitter, dio además otras explicaciones recogiendo otros estudios similares.
Según comentó, la socióloga Julia Twigg menciona que la comida está socialmente jerarquizada en Occidente. La carne roja ocupa simbólicamente la cúspide, seguido por carnes blancas, huevos y por último vegetales/cereales.
Según ella, la carne roja es la que más encarna el "poder", debido a que la sangre expresa la fuerza viva de los animales. Consumir carne roja va de la mano con creer que aumenta nuestros músculos y nuestra fuerza (confieso que siempre he creído eso).
De acuerdo a la autora, tenemos esta cadena de equivalencias: Carne = sangre = músculo = fuerza = poder = masculinidad.
¿Efectivamente correlaciona el consumo de carne con lo masculino? Sí, muchísimo. La diferencia en el consumo es abismal entre varones y mujeres. De allí que el vegetarianismo correlaciona bastante bien con el feminismo. Son dos movimientos que están vinculados.
Por último, citando a otro informe, el autor del estudio añade: "Los adherentes a ideologías de derecha no consumen simplemente más animales porque disfrutan el sabor de la carne, sino porque en ese consumo reafirman las ideologías dominantes y la resistencia al cambio cultural".
