Hace dos años Ecuador eligió presidente. Por estrecho margen, Lenin Moreno (del partido de Rafael Correa) venció 51 a 49% al dirigente de centro-derecha Guillermo Lasso.
Pero la alegría de Correa duró poco: desde el primer día, Lenin Moreno dio un giro de 180 grados y desconcertó a todo el arco político. Llevó a cabo una política económica de austeridad, de límites al gasto público, incluso eliminando varias secretarías conformadas por Correa.
Denunció al gobierno anterior por distintos casos de corrupción y mejoró las relaciones con la prensa y la oposición. En otras palabras: Lenin Moreno enterró el pasado izquierdista y con tintes autoritarios de su espacio, y sembró algo muy similar a lo que proponía la oposición. Todo ello desafiando a Correa, el verdadero jefe del partido.
¿Alberto Fernández tendrá algo parecido en la cabeza? En las últimos días mantuvo conversaciones con el economista Carlos Melconian, mientras que Guillermo Nielsen es un hombre de permanente consulta.
Ambos están en las antípodas del pensamiento kirchnerista: representan, para ese grupo, "el neoliberalismo". Pero el propio Alberto ha tenido un pasado cercano a Cavallo dentro del PJ porteño en los primeros años de este sigo, antes de que "el mingo" sea malapalabra.
Fernández fue muy duro de la política económica de Kicillof, Y en varios reportajes ha destacado la importancia de eliminar el déficit fiscal como un objetivo central. ¿Con ajuste?
Pero Alberto sabe que no tendrá tantos grados de libertad. Difícilmente la CGT pueda soportar una versión ortodoxa de Alberto. En ese caso, el posible presidente deberá camuflar sus políticas: hacer el ajuste sin que ellos se dén cuenta.
Desafiar a Cristina parece también más complicado que hacerlo con Correa. Cristina será su vice. No estará en la casa como Correa. Y, por otro lado, hay una militancia peronista de izquierda (La Cámpora, para sintetizarlo) que tratará de "enderezar" a Alberto. Que sea un verdadero nac&pop.
El otro punto crucial tiene que ver con el volumen de votos. Lenin Moreno dio el giro inesperado luego de haber ganado por muy poco. Se percibía el descontento y el desgaste de Correa. Aquí es diferente: Alberto tendrá seguramente una victoria holgada.
En 50 días, estas dudas deberían despejarse. ¿Para qué lado caerá la moneda?