Bolivia permanecía sumida en un clima de tensión creciente, luego de que la oposición diera al presidente Evo Morales un ultimátum para que renuncie antes de mañana a la noche, el mandatario respondiera con un dramático llamado a evitar enfrentamientos entre bolivianos y el gobierno denunciara una supuesta conspiración para derrocarlo.
'Hago un llamado a defender la patria, hago un llamado a la oposición, no nos enfrentemos entre bolivianos', exhortó Morales en declaraciones a la radio San Gabriel, reproducidas por la agencia noticiosa estatal ABI.
El jefe del Estado anunció también que había convocado a dirigentes de organizaciones sociales aliadas para analizar junto a ellos la respuesta al ultimátum opositor.
La reunión iba a realizarse esta tarde, según la agencia EFE, pero hasta esta noche no había información oficial sobre si esa reunión se produjo y, en ese caso, sobre sus conclusiones.
Mientras tanto, ABI denunció que 'cívicos, políticos, ex militares y Estados Unidos se encuentran vinculados con planes golpistas en Bolivia, según 16 audios que salieron a la luz'.
Dirigentes de comités cívicos de ocho de los nueve departamentos bolivianos dieron anoche un ultimátum de 48 horas a Morales para que renuncie a su cargo y llamaron a las fuerzas armadas a unirse a su reclamo, como consecuencia de la crisis política derivada de las elecciones del 20 de octubre pasado.
El líder del Comité Cívico Pro Santa Cruz, Luis Camacho, afirmó antes miles de personas que volvieron a protestar anoche en la capital cruceña, Santa Cruz de la Sierra, que se trataba de 'decirle al tirano que tiene 48 horas para renunciar'.
Para frenar la ola de protestas -que dejó al menos dos muertos- y la huelga general por tiempo indefinido declarada por los comités cívicos, Morales aceptó que la Organización de Estados Americanos (OEA) haga una auditoría especial del escrutinio con resultado vinculante.
Sin embargo, Mesa y los comités cívicos rechazaron esa iniciativa, que la OEA sí aceptó.