Como su primo, un ciudadano español de 83 años, no respondía sus llamadas y sus mensajes, la mujer fue hasta la casa, en Barracas. No tenía noticias de él desde el sábado pasado. Cuando ingresó en el inmueble se encontró con lo peor: estaba muerto. Lo habían matado.
La mujer sostuvo al personal de la Policía de la Ciudad que intervino que su primo, que vivía en Anchoris 320, días atrás había cobrado una importante suma de dinero.
El hecho es investigado por el fiscal criminal y correccional porteño Marcelo Roma con la colaboración de detectives de la Policía Federal Argentina (PFA).
"La víctima vivía sola y los asesinaron sabían lo que buscaban", sostuvo un detective que participa de la investigación.
La escena del crimen es una propiedad donde funciona un galpón o playón para estacionar camiones con un par de habitaciones y otras comodidades.
El cuerpo de Felipe Alonso Fernández fue hallado atado de pies y manos con cables y precintos plásticos. Había manchas de sangre en la pared del baño y el lavatorio.
"Había signos de haber sido arrastrado unos metros", explicaron fuentes policiales. En el patio, los investigadores hallaron una barreta.
Según las primeras informaciones aportadas, la data de muerte es de 24 horas antes de que se encontrara el cuerpo.
"La causa de muerte fue de estrangulamiento y asfixia. La víctima tenía una cinta vinílica negra en el cuello y una toalla verde en la boca", agregaron las fuentes consultadas.
Según la prima de la víctima, la semana pasada Alonso Fernández había cobrado 120 mil pesos del alquiler de un galpón, y también había recibido otro pago por 48 meses de alquiler de otro predio.





