Leonel Fazio, el único sospechoso por el crimen del arquitecto colonense Pablo Fullana Borsato, se negó a declarar ante el fiscal del caso y seguirá detenido por "homicidio agravado por ensañamiento".
Pero no fue este su primer problema con la ley. Su prontuario fue sumando causas desde hace más de cinco años. "Hice todo lo que pude pero se me fue de las manos", se lamentó su mamá.
Según comento, a los 8 años le diagnosticaron retraso madurativo en el aprendizaje, mientras que a los 13 años empezó a cometer reiterados hechos de violencia en su casa: rompía las cosas y hasta llegó a golpear a su propia madre. También se drogaba y tomaba mucho alcohol.
Su madre dijo que siempre tenía mucho miedo por sus otros hijos, y que varias veces pidió ayuda, pero las autoridades le respondían que 'se quería lavar las manos' y que la responsabilidad era de ella.
El joven había sido internado en el hogar platense Raúl Pérez Carreño, pero Leonel logró escapar y volvió a Colón. Cuando cumplió los 18 años, la presionó para que lo dejara vivir solo. Inclusive le rompió los vidrios de su casa.
'Él sabe distinguir las cosas que están bien o mal. Él estudiaba y planeaba los robos. Investigaba a los distintos tipos de víctimas', dijo la madre en referencia al tipo de retraso madurativo que tiene.
El día del crimen Leonel apareció ensangrentado en su casa. Ella al principio no lo dejó pasar porque en otra oportunidad había amenazado de muerte a una de sus hijas con una cuchilla.
'Mami, maté un tipo', le dijo Leonel. Pero ella no le creyó. 'Pensaba que era sangre de un lechón o de una vaca. No me presenté a la comisaría porque me hubieran dicho otra vez que quería incriminar a su hijo y que no lo cuidaba', agregó.
El propio Leonel le relató cómo mató a su víctima con lujo de detalles. Al día siguiente, ella vio por las redes la triste noticia, y allí sí se presentó rápidamente a la comisaría.
